Ejecuciones 'revolucionarias'

Más de 2.500 personas han sido ejecutadas en Teherán después de tres años de revolución islámica, según las cifras oficiales facilitadas a la Prensa por las autoridades iraníes: La cifra se amplía si se concede veracidad a los datos suministrados por la oposición exiliada en París.El movimiento marxista de los Mujaidin e Jalq, que cuenta en sus filas con el mayor número de muertos en sentencias ejecutadas tras juicios sumarísimos, afirma que está por encima de 13.000 el número de opositores políticos fusilados por la noche en las numerosas prisiones iraníes.

Otro grupo en el exilio fran...

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Más de 2.500 personas han sido ejecutadas en Teherán después de tres años de revolución islámica, según las cifras oficiales facilitadas a la Prensa por las autoridades iraníes: La cifra se amplía si se concede veracidad a los datos suministrados por la oposición exiliada en París.El movimiento marxista de los Mujaidin e Jalq, que cuenta en sus filas con el mayor número de muertos en sentencias ejecutadas tras juicios sumarísimos, afirma que está por encima de 13.000 el número de opositores políticos fusilados por la noche en las numerosas prisiones iraníes.

Otro grupo en el exilio francés, el Frente de Liberación de Irán, ha dado una cifra de 3.500 personas ejecutadas tras los diarios procesos de los tribunales revolucionarios, cuya actividad ha sido criticada de manera reiterada por diferentes organismos internacionales y la organización Amnistía Internacional.

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El ayatollah Ardebili, jefe de los tribunales revolucionarios, reconoció en octubre de 1981 que para esa fecha ya habían sido ejecutados 1.733 militantes y simpatizantes de los Mujaidin e Jalq. Ese año fue el más sangriento de la revolución iraní, tanto por el número de ejecuciones como por atentados contra personalidades del régimen. Hubo días en que fueron ejecutadas más de quinientas personas. Los Mujaidin intentaron forzar tras la destitución del presidente Abolhasan Banisadr un proceso de masas similar al que acabó con el sha.

El principal escenario de las ejecuciones es la prisión de Evin, en el norte de Teherán, en un oasis de castaños enclavado en las faldas de Alborz.

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