Tribuna:

La tendencia negativa

Los mercados de valores españoles terminaron la semana con una sesión que bien podría calificarse de confusa, ya que a pesar de la claridad con que la tendencia negativa se manifestó, hubo algún valor que actuando contra corriente dejó sentir su peso o, en un sentido más técnico, hizo valer su ponderación y así evitó que la pérdida registrada por el índice general fuese superior a un punto. Evidentemente, la hazaña fue de Telefónica, que al ganar un entero hizo aparecer gestos de extrañeza entre los asistentes.El interés siguió centrado principalmente en los sectores bancario y eléctrico, más ...

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Los mercados de valores españoles terminaron la semana con una sesión que bien podría calificarse de confusa, ya que a pesar de la claridad con que la tendencia negativa se manifestó, hubo algún valor que actuando contra corriente dejó sentir su peso o, en un sentido más técnico, hizo valer su ponderación y así evitó que la pérdida registrada por el índice general fuese superior a un punto. Evidentemente, la hazaña fue de Telefónica, que al ganar un entero hizo aparecer gestos de extrañeza entre los asistentes.El interés siguió centrado principalmente en los sectores bancario y eléctrico, más por ver donde acaban sus cambios que por otra cosa.

El grupo de los grandes bancos estuvo en general más discreto que ayer, pero sólo muy ligeramente, ya que el único que disminuyó notablemente su saldo fue el Santander.

Algo más de medio millón de títulos a la venta era el: saldo que presentaban las operaciones por caja de los siete grandes, y esto no constituyó ninguna sorpresa.

Para todos era sabido que ayer los bancos no mejorarían sus posiciones de días anteriores y así, excepto el Santander, que volvió a publicar papel sin operaciones, todos volvieron a efectuar recortes en sus cotizaciones, con lo que en el total de la semana son varios los que pierden veinte enteros.

La sesión se animó algo cuando empezó a circular el rumor, después confirmado, de que en Barcelona se había efectuado una operación de compra de 50.000 títulos del Banco Central, que al final se quedaron en 25.000, pero que de todas formas ha dado y va a dar mucho que pensar a los asiduos del parqué todo este fin de semana.

Las expectativas para este sector no son nada optimistas, pero noticias de este tipo ayudan al menos a romper la monotonía con que sus valores vienen perdiendo puntos.

El otro grupo protagonista, el eléctrico, tuvo ayer una actuación, algo deslucida, sobre todo para los muchos que esperaban que sus cotizaciones rebotasen en la barrera del 50%, no fue así, y dos de sus valores la traspasaron, con el evidente peligro que supone saltar un tope psicológico.

El resto del mercado sigue prácticamente igual que en anteriores sesiones, haciendo buenos los pronósticos, sólo rotos por lo rápido de la caída de las cotizaciones de los bancos.

Uno de los sectores que más están acusando la situación es el de los cementos, pero evidentemente no es el único.

Esta semana todos los grupos, excepto el de varios, tuvieron resultados negativos, con lo que el contraste que ya destacábamos con la pujanza del mercado de pagarés del Tesoro, se acentúa de día en día.

En esta semana y sólo en Madrid se negociaron un total de 1.853 pagarés, cifra bastante alta y que casi llegó al normal de la contratación de títulos de renta variable.

Los otros tres mercados registraron variaciones similares al de Madrid, tanto en los recortes de los cambios como en los volúmenes de contratación. Tan sólo existen grandes diferencias en lo que a la compra de pagarés se refiere, habiendo llegado, para los tres mercados, únicamente a 75.

Las bolsas, pues, siguen con atención los acontecimientos que se producen en el terreno político, pero, al menos por ahora, con cierta tranquilidad.

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