Seguridad para las farmacias

Todo lo que atañe a un refuerzo de la seguridad ciudadana es de elogiar, y por ello merece el oportuno subrayado el plan existente para la protección nocturna de las farmacias. Como sobradamente se sabe y los hechos se encargan, desgraciadamente, de corroborar día a día -o mejor, noche tras noche, aunque también proliferan los asaltos diurnos-, las en un tiempo entrañables boticas, convertidas hogaño en meras expendedurías de específicos, son objetivo. preferente de los atracadores. Unos atracadores que en su mayoría no buscan dinero, sino médicainentos susceptibles de producir efectos estupef...

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Todo lo que atañe a un refuerzo de la seguridad ciudadana es de elogiar, y por ello merece el oportuno subrayado el plan existente para la protección nocturna de las farmacias. Como sobradamente se sabe y los hechos se encargan, desgraciadamente, de corroborar día a día -o mejor, noche tras noche, aunque también proliferan los asaltos diurnos-, las en un tiempo entrañables boticas, convertidas hogaño en meras expendedurías de específicos, son objetivo. preferente de los atracadores. Unos atracadores que en su mayoría no buscan dinero, sino médicainentos susceptibles de producir efectos estupefacientes, y también, jeringuillas con que inyectarlos. Difícil es que encuentren lo que en los primeros tiempos de la proliferación de estos atracos era su botín preferido, es decir, la droga en estado más puro, y cuya existencia en las farmacias estaba reservada, obviamente, a las asistencias inédicas. Sometidas éstas existencias a un máximo control y centralizada su expedición, se ha hecho mucho más difícil su consecución mediante el atraco. Pero la farmacopea moderna abunda en productos susceptibles de producir efectos más o menos satisfactorios en los adictos, y tales fármacos, que van desde los opiáceos hasta las anfetaminas, constituyen el preciado botín que buscan los asaltantes.Como el número de adictos a la droga -cualquier droga- crece sin cesar, aumentan también los asaltos a las farmacias. No sólo las que se hallan de turno nocturno, cuyo número oscila entre las ocho y catorce en toda la urbe barcelonesa y entre una y dos en las poblaciones menores del área metropolitana, sino en aquéllas que están cerradas. En la última semana, concretan las informaciones, se han producido atracos a ocho establecimientos farmacéuticos que tenían sus puertas echadas. El botín ha sido siempre similar: específicos bien concretos y jeriríguillas. Cuando los asaltantes no han encontrado nada que llevarse, han dado rienda suelta a su furia devastadora.

Ante tal situación, va a ponerse en marcha un dispositivo policial que consistirá tanto en la frecuente visita de los establecimientos abiertos por las patrullas que en vehículos policiales efectúan las rondas nocturnas, como en una más detenida atención durante el día a los establecimientos. farmacéuticos.

15 de agosto

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