Tribuna:SPLEEN DE MADRID

El landelinazgo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Uno, por ponerse en lo peor, se había puesto en el sagastacanovismo, como una guerra civil fría de los partidos o un correctivo a la excesiva y maravillosa imaginación política (no práctica) de los españoles. Pero he aquí que no viene el sagastacanovismo, sino algo peor: el landelinazgo, siquiera sea por dos meses.El landelinazgo es una cosa así como la Restauración / Regencia, pero en solriza y con un solo hombre educadísimo, duro y devoto. El landelinazgo es un patronazgo, y el patronazgo, laboral o religioso (ayer estuve en la movida Talbot: 4.500 currantes a la rue), supone sumisión, humil...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Uno, por ponerse en lo peor, se había puesto en el sagastacanovismo, como una guerra civil fría de los partidos o un correctivo a la excesiva y maravillosa imaginación política (no práctica) de los españoles. Pero he aquí que no viene el sagastacanovismo, sino algo peor: el landelinazgo, siquiera sea por dos meses.El landelinazgo es una cosa así como la Restauración / Regencia, pero en solriza y con un solo hombre educadísimo, duro y devoto. El landelinazgo es un patronazgo, y el patronazgo, laboral o religioso (ayer estuve en la movida Talbot: 4.500 currantes a la rue), supone sumisión, humildad, obediencia, paz de corazón, sencillez y comportamiento por parte de los patrocinados. Felipe González pudo pasarse a Robles Piquer por el esmeril y renunció "por no desestabilizar". Llega el landelinazgo, coge, agarra, quita a Robles y no desestabiliza nada, sino que hasta queda progre. Macunaíma / Felipe está perdiendo demasiadas batallas que tenía ganadas. No ha mucho escribía uno en esta columnilla, salga bien o mal, que algunos antifranquistas blancos de Cuadernos para el Diálogo están hoy en la informática gubernamental. Aquí salta otro: Nasarre, el nuevo director general del Ente. Y luego dicen que las revistas ideológicas son caras. Pero el latigazo Robles / Nasarre no es más que el primer chasquido dentro de la jaula. Lo que debiera asombrar al mundo, y no asombra ni a los sumilleres de las Cortes, es que el presidente de la Cámara, tan antigolpista la noche de aquel 23, me parece que febrero, haya dado su golpe místico sin hule, tricoños ni malos modales. Como exigir, exige mucho más que el guardia, entre otras cosas porque sabe que se lo van a dar todo, mientras que el guardia tenía sus dudas, ya se ve que justificadas. Pero el golpe de autoridad estaba en el aire, desde entonces, y eso es como el beso Rita/Glenn Ford, que está en el aire toda la película, pero acaban dándoselo:

"Un golpe de generales sería blando", me decía la otra tarde un letrado de las armas, "un golpe de coroneles sería a la turca".

¿Y un golpe de cristocatólicos? Eso es el golpe a la vaticana. El partido en el Gobierno ha pasado a ser el Gobierno sin partidos -ucedé no existe-, el gobierno de un solo hombre o el presidencialismo interpuesto, vicario, ya que el landelinazgo es una vicaría. Serán muy antifranquistas, los cristocatólicos, pero nos están saliendo a Franco, con todo su atalaje de Cuadernos y Ruiz-Giménez. Uno es que cree poco en el reciclaje ideológico del personal, y bien dijo nuestro clásico que "ya vuelve el español donde solía". En el landelinazgo, cada mochuelo litúrgico, a su olivo gótico, a beberse el aceite de las candelas, un suponer TVE. Pero el landelinazgo me interesa, sobre todo, como una Restauración / Regencia, ya queda dicho, en que el regente de Calvo Sotelo restaura el buen porte y los buenos modales, la preocupación (Nasarre) espiritual, social y moral contra el divorcio, y restaura, sobre todo, la. España cristocatólica que ha de recibir al Papa Wojtyla. Se aplaza la subida de la gasolina -al César lo que es del César-, se llena el Congreso de niños cólcicos, ya que no se les ha elucidado el mal, el Sagrado Corazón extiende también al "segundo hogar" del consumismo su Reinaré en cada rincón de esta casa, y en La Granja vuelve a haber ballet nacional clásico y ballet español de Madrid, como cuando el Caudillo alargaba la mano buena hacia el dadito de jabugo, con lo que desencadenaba en catarata toda la briosa manera de Falta.

El landelinazgo, sí, es una Restauración / Regencia donde el regente va de alpaca (Forges le sueña en meyba) y restaurar no se restaura nada. Lo único las púberes canéforas de Marbella, que les van a tapar el acanto.

Archivado En