Los cambios en el partido comunista polaco, compromiso entre 'duros' y 'moderados'

Los cambios en altos cargos dirigentes del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) suponen una solución de compromiso entre los duros y los moderados, y, al mismo tiempo, fortalecen la posición del general Wojciech Jaruzelski.

El cambio más importante, adoptado en el pleno del Comité Central del POUP y hecho público el viernes por la noche, fue el cese del duro Stefan Olszowski en su cargo de secretario de Prensa y Propaganda del Comité Central. Tras haberse realizado la verificación de los órganos de Prensa y Propaganda, culminada por una amplia purga de ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los cambios en altos cargos dirigentes del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) suponen una solución de compromiso entre los duros y los moderados, y, al mismo tiempo, fortalecen la posición del general Wojciech Jaruzelski.

El cambio más importante, adoptado en el pleno del Comité Central del POUP y hecho público el viernes por la noche, fue el cese del duro Stefan Olszowski en su cargo de secretario de Prensa y Propaganda del Comité Central. Tras haberse realizado la verificación de los órganos de Prensa y Propaganda, culminada por una amplia purga de periodistas críticos y sospechosos de falta de adhesión al régimen implantado en Polonia después del 13 de diciembre pasado, Olszowski estaba políticamente quemado, pero no tanto como para desaparecer de la vida política.Olszowski mantiene su puesto en el órgano supremo del POUP, el Politburó, y se habla de él como posible ministro de Asuntos Exteriores. El alejamiento de Olszowski del importante puesto de encargado de Prensa y Propaganda tuvo una compensación con el cese del liberal Hieronim Kubiak, que en el último año había adquirido la imagen de ser uno de los renovadores en las filas del POUP.

La dimisión de Kubiak de una de las secretarías del Comité Central del POUP produce la impresión de que se trata del precio pagado por el alejamiento de Olszowski.

Con estos cambios en el secretariado del Comité Central se mantiene el difícil equilibrio entre duros y moderados, que sirve de base para afirmar la figura de Jaruzelski al frente del consejo militar, del partido y del Gobierno.

El general ha quedado fortalecido con el alejamiento del peligroso Olszowski, un político de cincuenta años, todavía joven y con indiscutible inteligencia, que puede quedar perfectamente a la expectativa y como solución de recambio para el caso de que la situación interna empeorase y la línea representada por el general Jaruzelski fracase.

El grupo llamado del cemento, por su dureza política, parece momentáneamente descartado del poder en Polonia, con el alejamiento del secretario del POUP de Varsovia, Stanislaw Kociolek, hace unas semanas, a la Embajada de Moscú, y la separación de Olszowski del aparato de Prensa y Propaganda.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Entre los cambios del viernes destaca también el ascenso al Politburó del sucesor de Kociolek en el puesto del secretario del POUP en la región de Varsovia, Marian Wozniak, un hombre de la confianza del general Jaruzelski. El otro ascendido al Politburó es un trabajador de la región de Poznan, Stanislaw Kalkus, hasta ahora prácticamente desconocido.

Entre las víctimas del último pleno del Comité Central aparece también Jan Labecki, que había llegado al Politburó hace un año, elegido en el congreso extraordinario del POUP, en plena euforia renovadora. Labecki había sido secretario del POUP en el astillero Lenin, el foco de la huelga de agosto de 1980, que dio origen al sindicato independiente Solidaridad.

Labecki, considerado un liberal, ha caído un año después de su elección para el Politburó y su dimisión parece formar parte también del intento de mantener el equilibrio en el Partido Obrero Unificado Polaco.

En esta línea de actuación, parece probable que con motivo de la fiesta nacional del 22 de julio sean puestos en libertad algunos de los internados y se suavice alguna de las medidas del estado de guerra; lo que parece, sin embargo, irrealizable es la visita del Papa para el 26 de agosto, con ocasión del 600º aniversario de la Virgen de Czestochowa.

Archivado En