Denuncian deficiencias en una residencia de la Seguridad Social en Valladolid

El proyecto de ampliar la residencia sanitaria de la Seguridad Social Onésimo Redondo, de Valladolid, para consultas externas en parte del espacio que hoy ocupan los jardines ha sacado a la luz pública los graves problemas que desde hace tiempo afectan a este centro sanitario, que tiene carácter regional y una capacidad de seiscientas camas.

Una comisión integrada por representantes de los distintos colectivos del centro y por miembros del comité de empresa ha elaborado un informe en el que se denuncian numerosas deficiencias en los servicios de lavandería, cocina y horno crematorio. Mu...

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El proyecto de ampliar la residencia sanitaria de la Seguridad Social Onésimo Redondo, de Valladolid, para consultas externas en parte del espacio que hoy ocupan los jardines ha sacado a la luz pública los graves problemas que desde hace tiempo afectan a este centro sanitario, que tiene carácter regional y una capacidad de seiscientas camas.

Una comisión integrada por representantes de los distintos colectivos del centro y por miembros del comité de empresa ha elaborado un informe en el que se denuncian numerosas deficiencias en los servicios de lavandería, cocina y horno crematorio. Muchas de ellas han sido plenamente confirmadas por el gabinete técnico de seguridad e higiene, dependiente de la Dirección Provincial de Trabajo.Para el citado gabinete de seguridad e higiene, la situación en las instalaciones de lavandería alcanza "un límite culminante". "La degradación de las condiciones ambientales en cuanto a humedad, suciedad, mal estado del pavimento, hacinamiento del personal y materiales con absoluta mezcla y promiscuidad de prendas y ropa sucia con otras recién lavadas son pruebas que se evidencian al instante de acceder a tal lugar. El personal adscrito tiene que realizar su jornada laboral en condiciones lamentables, infrahumanas, soportando temperaturas que llegan en ocasiones a los 40º y con una intensa humedad ambiental".

El estudio indica también que en la cocina existe riesgo de incendio por encontrarse las campanas y los filtros con acumulación de grasas. Se afirma asimismo que las paredes se hallan en mal estado, el pavimento está deslizante, húmedo y existen malos olores.

Respecto al horno crematorio, se asegura que "su capacidad es insuficiente, se provoca la acumulación de residuos con posibilidades de contaminación por filtraciones, hay peligro de proyección de partículas por encontrarse abierto y la salida de humos es defectuosa".

Sin espacio

La mencionada comisión de médicos y empleados afirma en su informe que "en la residencia hay una realidad fácilmente constatable: no se cabe; sin embargo, hemos asistido a la negativa a recibir información de la ampliación proyectada por parte del director del Insalud, Juan de la Cruz, quien, a pesar de ser miembro de la junta de gobierno del centro, nos oculta esos planes".El deterioro de la situación, originado en la ampliación hecha en 1974 (el centro pasó de 380 a 600 camas), tiene, ajuicio de los trabajadores, causas externas e internas. Entre las externas se apunta "la falta de un modelo asistencial y la degradación intencionada que se viene fomentando en los últimos tiempos". Como causas internas se habla del "desastre de planificación por parte de la dirección y la administración". El director actual es José Miguel Arrarte Ayestarán, ex concejal franquista, ex presidente del Real Valladolid y destacado dirigente de los Círculos José Antonio.

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El Insalud conoce la situación

"El Insalud es perfectamente consciente de la situación", añade la comisión, "pero no toma ninguna medida, con lo que se está dando una responsabilidad compartida. Desde hace años, y especialmente en los últimos meses, se vienen manteniendo entrevistas y reuniones con autoridades, pero sin resultados positivos. Nadie hace nada, mientras las condiciones empeoran. Los órganos de la residencia se han mostrado inoperantes. La junta facultativa ha estado seis meses sin reunirse, la junta de gobierno no gobierna, pero aquí no pasa nada".Las deficiencias observadas son innumerables y afectan a distintas áreas. Hace cuatro años se sacó a la calle y se destruyó el archivo de radiografías. "El de historias clínicas", agrega la comisión, "aquí prácticamente no existe, pese a ser pieza fundamental en todo hospital. Las sesiones clínicas o las anatomías patológicas son otro exponente claro del problema: tenían una dotación de cuatro plazas y desde hace tres meses sólo se cuenta con una".

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