Tribuna:

Siguen soplando malos vientos

Los malos vientos continúan soplando para los inversores en valores de renta variable y ayer continuó la abrumadora presencia de órdenes vendedoras en los parqués de las cuatro bolsas españolas.El sector bancario continuó siendo el centro de la atención de todos los asistentes a las reuniones, entre los que se cruzaban apuestas sobre el volumen de oferta que presentaría cada una de las entidades. En realidad es que había muy poco más que comentar en relación con la operativa bursátil, que está atravesando unos momentos de desorientación total como consecuencia de la brusca contracción q...

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Los malos vientos continúan soplando para los inversores en valores de renta variable y ayer continuó la abrumadora presencia de órdenes vendedoras en los parqués de las cuatro bolsas españolas.El sector bancario continuó siendo el centro de la atención de todos los asistentes a las reuniones, entre los que se cruzaban apuestas sobre el volumen de oferta que presentaría cada una de las entidades. En realidad es que había muy poco más que comentar en relación con la operativa bursátil, que está atravesando unos momentos de desorientación total como consecuencia de la brusca contracción que ha experimentado la demanda y que la ha llevado prácticamente a extinguirse.

En este sentido, hay que destacar que la estrategia iniciada por los grandes bancos en las reuniones del martes -cuando no marcaban cambio para evitar tener que, un día más, salir a recoger su propio papel- se está desvelando como muy poco productiva. Los saldos vendedores se reproducen con una exactitud casi milimétrica, lo que da idea de que a los vendedores no les importan demasiado los recortes que puedan experimentar el precio de estas acciones, a la vez que deja bastante claro el hecho de que las posibles órdenes artificialmente hinchadas cuentan con un respaldo adicional de títulos por parte de quienes las cursan.

Pero las zozobras de los cuidadores bancarios se extienden a la práctica totalidad de los valores que vienen negociándose a diario, hasta el punto de que las diferencias negativas implican a prácticamente todos los índices parciales de los distintos sectores de los que se compone el mercado de acciones.

Ayer había unos, saldos vendedores para los siete grandes bancos que rozaban las 640.000 acciones, por lo que estas entidades, insistiendo en sus políticas del día anterior, prefirieron no marcar cambio señalando posiciones de papel sin operaciones normalmente un 3% por debajo de sus precios anteriores, todo ello referido la bolsa madrileña.

En Barcelona y Bilbao, donde las peculiaridades del mercado hacen bastante más difícil eludir la responsabilidad de marcar cambio, las cotizaciones de estos valores se reajustaban a la baja, en muchos casos con mayor virulencia que en el mercado central. Así, por ejemplo, en Bilbao, las acciones de Banesto se pagaban al 280%, catorce puntos por debajo de su precio del día anterior. La desconfianza de los inversores ha alcanzado puntos que ya resultan muy preocupantes. Incluso los valores eléctricos, que el martes intentaron una leve reacción positiva, se vieron machacados por la acción de una oferta que pretendía vender como fuera.

A pesar de que la escasa actividad contractual en las bolsas ha dado lugar a que los comentarios de tipo político se constituyan en el eje de las reuniones, resultaba bastante difícil buscar una implicación directa con las actuales zozobras del partido en el Gobierno para intentar recomponer su imagen ante unas próximas elecciones, ya que la baja se había previsto por los especialistas con prácticamente tres semanas de antelación. No obstante, el desconcierto centrista tiene indiscutiblemente un cierto influjo sobre el ánimo de algunos inversores minoritarios, que quieren ver en la falta de soluciones a la batalla interna de UCD algo muy parecido a un debacle nacional, olvidando que un sistema parlamentario como el que tenemos en España ofrece la alternativa de otros partidos en el momento en que la formación política en el poder entra en crisis.

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