La Administración, Reagan consigue que se apruebe su presupuesto para 1983

La Administración del presidente norteamericano Ronald Reagan logró, tras cinco meses de tumultuosos e interminables debates, la aprobación del presupuesto federal para 1983 por la Cámara de Representantes. El presupuesto prevé un gasto de 770.000 millones de dólares y un déficit de 103.900 millones de dólares. A la espera de la ratificación del Senado, que se da por segura, la aceptación del presupuesto abre buenas perspectivas para la recuperación de la economía norteamericana, como indica la subida de la bolsa en Wall Street, junto con el incremento del índice de producción industrial.
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La Administración del presidente norteamericano Ronald Reagan logró, tras cinco meses de tumultuosos e interminables debates, la aprobación del presupuesto federal para 1983 por la Cámara de Representantes. El presupuesto prevé un gasto de 770.000 millones de dólares y un déficit de 103.900 millones de dólares. A la espera de la ratificación del Senado, que se da por segura, la aceptación del presupuesto abre buenas perspectivas para la recuperación de la economía norteamericana, como indica la subida de la bolsa en Wall Street, junto con el incremento del índice de producción industrial.

Continúan, sin embargo, los signos de inquietud para la economía norteamericana, principalmente en los frente de la inflación -subió el 1% en mayo, con una proyección del 12% anual y el alto índice de desempleo, superior al 9%.Para el presidente Ronald Reagan la victoria del presupuesto se ve mermada por el escaso margen de votos que recibió en la Cámara de Representantes. Dominada por la mayoría demócrata, la Cámara de Representantes aprobó. el presupuesto de 1983 por 210 votos contra 208. Un margen casi simbólico de sólo dos votos y la deserción de 32 miembros del Partido Republicano, al que pertenece el presidente Reagan.

El alto déficit presupuestario, de casi 104.000 millones de dólares, fue el caballo de batalla entre demócratas y republicanos a la hora de decidir el presupuesto. Un déficit que triplica el del año anterior y puede condicionar el estímulo de la inversión en Wall Street, pasada la primera oleada de optimismo, reflejada en la subida de 9,71 puntos en el índice Down Jones, que cerró en 799,66 en la jornada del lunes.

Para corregir el déficit presupuestario, en un ejercicio basado en un presupuesto no partidista, al haber sido preparado conjuntamente por republicanos y demócratas, se introducen nuevos impuestos por importe de 21.000 millones de dólares, recortes por valor de 12.000 millones de dólares (principalmente en servicios sociales) y se incrementa en el 7% el gasto para la defensa, principal capítulo del presupuesto para el año 1983. Pendiente aún de la aprobación del Senado, con mayoría republicana, el presupuesto para 1983 cierra una de las polémicas más importantes de política interna de la Administración Reagan. El nuevo presupuesto debe dar confianza a la inversión y concretar la tantas veces anunciada recuperación de la economía norteamericana. Pero los expertos continúan con opiniones divergentes a la hora de concretar cuándo y cómo se producirá la recuperación económica. Hay índices positivos, como la subida de la producción industrial, pero pesan serias dudas concretas en el importante déficit presupuestario, que puede repercutir en el estímulo de las tendencias inflacionistas.

Por otra parte, el estricto control de la masa monetaria por parte de la Reserva Federal mantiene el prime rate a un promedio del 16,5%, situando todavía por las nubes el crédito para bienes de consumo, como la vivienda o el automóvil, dos sectores en fuerte crisis en Estados Unidos.

Desde el punto de vista político, tanto demócratas como republicanos centran sus puntos de mira en el impacto que la crisis económica tendrá, sin lugar a dudas, en las próximas elecciones al Congreso de noviembre de este año. El veredicto de las urnas dará la medida exacta de la popularidad, o del rechazo, de la actual administración norteamericana y de las promesas del presidente Reagan, que, en repetidas ocasiones, anuncia la rápida recuperación económica.

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