Cartas al director

Un colegio malagueño

Desde el año 1978 los vecinos de Alegría de la Huerta-San José estamos luchando por tener en el barrio puestos escolares para nuestros hijos.En aquel año tuvimos que hacer cumplir una disposición municipal para unas obras, con el fin de conseguir un solar sobre el que construir un colegio.

Conseguido el terreno, se iniciaron gestiones para incluir dicho colegio en la programación de la Delegación Provincial del Ministerio de Educación y Ciencia, quedando en la lista de los que se habían de construir con los pactos de la Moncloa.

Se construyeron todos y el nuestro encontró una ser...

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Desde el año 1978 los vecinos de Alegría de la Huerta-San José estamos luchando por tener en el barrio puestos escolares para nuestros hijos.En aquel año tuvimos que hacer cumplir una disposición municipal para unas obras, con el fin de conseguir un solar sobre el que construir un colegio.

Conseguido el terreno, se iniciaron gestiones para incluir dicho colegio en la programación de la Delegación Provincial del Ministerio de Educación y Ciencia, quedando en la lista de los que se habían de construir con los pactos de la Moncloa.

Se construyeron todos y el nuestro encontró una serie de trabas que lo retrasó varios años.

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Por fin, en abril de 1981 se iniciaron las obras por la empresa jiennense Barranco, SL, que demostró su insolvencia al dejar las obras paralizadas a los pocos meses de iniciarlas.

La Administración central y la Delegación Provincial nos prometen agilizar las gestiones con Barranco, SL, para que otra empresa pudiese acabar las obras en el plazo previsto.

Cuando comprobamos que ya no se podía abrir el colegio en el curso 1982-1983 solicitamos a la Delegación del Ministerio de Educación y Ciencia la instalación de las unidades prefabricadas necesarias para la escolarización total de los niños del barrio.

El delegado provincial nos pide una relación de los niños hasta el quinto nivel y promete (a menos que se produjera un terremoto) que se pondrían las unidades necesarias.

El candidato de UCD a la presidencia del Gobierno andaluz, Luis Merino, se presentó en aquella reunión con el delegado y quedó en acudir a nuestro barrio al día siguiente con una posible respuesta.

La respuesta consistió en una carta del ministro de Educación, en la que decía: "He dado las órdenes oportunas al delegado provincial para que se instalen las unidades necesarias".

Hoy nos encontramos con que, de las once unidades necesarias y justificadas con las solicitudes de matrícula presentadas a la delegación, sólo nos conceden la cantidad de seis.

Nosotros nos sentimos un tanto manejados por un partido en campaña electoral, que trata de quedar muy bien ante un barrio y luego no cumple lo prometido.

Después de tantos años de lucha, concentraciones, manifestaciones, asambleas, etcétera, seguimos con un colegio a medio construir, que exigimos se construya en breve plazo, y con un problema inminente de escolarización para el próximo curso.

Basta de pedirnos paciencia; basta de promesas tanto verbales como escritas, como la "famosa cartita"; basta de tanto cachondeo y... ¡Dennos el colegio! /

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