La 'guerra escolar' vuelve a estallar en Francia

La guerra escolar francesa, verbal por ahora, que estalló de nuevo con la llegada, hace un año, de los socialistas al poder, conoció ayer un nuevo episodio. Más de 100.000 personas -el doble, según los organizadores- festejaron el centenario de las leyes del ministro de Educación Jules Ferry, que instauraron hace décadas en este país la escuela laica, obligatoria y gratuita.

Hace quince días, los padres de alumnos de la escuela privada organizaron una manifestación que congregó también a más de 100.000 personas en la región parisiense. A la fiesta de ayer, convocada en el aeropuerto de ...

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La guerra escolar francesa, verbal por ahora, que estalló de nuevo con la llegada, hace un año, de los socialistas al poder, conoció ayer un nuevo episodio. Más de 100.000 personas -el doble, según los organizadores- festejaron el centenario de las leyes del ministro de Educación Jules Ferry, que instauraron hace décadas en este país la escuela laica, obligatoria y gratuita.

Hace quince días, los padres de alumnos de la escuela privada organizaron una manifestación que congregó también a más de 100.000 personas en la región parisiense. A la fiesta de ayer, convocada en el aeropuerto de Le Bourget por los sindicatos y partidos de izquierda, acudieron franceses de todo el territorio galo.El contencioso sobre la escuela laica y la privada -dos millones de alumnos acuden a esta última, el 14% de la población estudiantil no universitaria- es uno de los más delicados de los que debe afrontar el Gobierno mitterrandista.

Este viejo litigio francés renació cuando el presidente François Mítterrand les prometió a sus electores que crearía un gran servicio público, unificado y laico de la educación nacional". ¿Quería decir que desaparecería la enseñanza privada (religiosa en un 93%) subvencionada por el Estado? Nadie lo sabe aún con exactitud, y los responsables del sector privado temen ser devorados por la nueva mayoría socialista-comunista francesa. Esto es lo que rnotivó su primera gran manifestación parisiense de hace dos semanas, con el fin de demostrar que se encuentran a punto para dar la batalla si el Gobierno toca en lo más mínimo lo que consideran "una prueba elemental de la libertad de enseñanza".

Ayer, el acto de Le Bourget demostró que también es un hecho la movilización, en la izquierda, en favor de la laicidad total de la escuela. El ministro de Educación Nacional, Alain Savary, en su discurso, dejó entrever sus intenciones, aunque sin clarificarlas del todo. El compromiso adquirido por Mitterrand será realizado, dijo, y añadió: "Será respetada también la libertad de enseñanza, y será respetada la enseñanza privada, pero no de la misma forma que hasta ahora, y por medio de una negociación".

El misterio continúa, pues, y la desconfianza se hincha en el mundo de la escuela religiosa. La primera ronda de negociaciones ha terminado entre el ministro de Educación y los dirigentes del sector privado, pero todo indica que la Administración retrasará la solución definitiva de una cuestión que, puede convertirse en un tropezón político para el Gobierno, hostigado a fondo por la oposición conservadora liberal.

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