CATALUÑA

Detenidos 4 policías municipales acusados de secuestro y abusos deshonestos con una mujer

El suboficial jefe de la Policía Municipal de la localidad de Sant Cugat del Vallés (Barcelona), Santiago Sanmartín García, de 36 años de edad, y tres agentes del mismo cuerpo ingresaron en la cárcel Modelo, de Barcelona, a últimas horas del sábado, acusados de ser los presuntos autores del secuestro, malos tratos y robo en las personas de un hombre y una mujer, así como de haber cometido abusos deshonestos en la mujer.

La policía gubernativa detuvo a los agentes de la Policía Municipal después de que la pareja citada, Miguel Aguilar Moreno, de 41 años, y Ruth Nayibe, de veinticuatro, p...

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El suboficial jefe de la Policía Municipal de la localidad de Sant Cugat del Vallés (Barcelona), Santiago Sanmartín García, de 36 años de edad, y tres agentes del mismo cuerpo ingresaron en la cárcel Modelo, de Barcelona, a últimas horas del sábado, acusados de ser los presuntos autores del secuestro, malos tratos y robo en las personas de un hombre y una mujer, así como de haber cometido abusos deshonestos en la mujer.

La policía gubernativa detuvo a los agentes de la Policía Municipal después de que la pareja citada, Miguel Aguilar Moreno, de 41 años, y Ruth Nayibe, de veinticuatro, presentaran el pasado viernes una denuncia contra los cuatro municipales. El Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallés, que cuenta con una mayoría de izquierdas, anunció ayer oficialmente que apoya moralmente a los policías detenidos y que se haría cargo de la asistencia jurídica de todos ellos.La opinión mayoritaria en el seno del consistorio es de que el jefe de la Policía Municipal y los agentes pudieron haber sido víctimas de una encerrona tendida por personas relacionadas con el tráfico de drogas, especialmente intenso en la zona del Vallés.

Aguilar Moreno y la súbdita colombiana Ruth Nayibe, ambos con antecedentes relacionados con el tráfico de drogas y la prostitución, declararon en su denuncia que la noche del jueves pasado fueron abordados en las Ramblas, de Barcelona, por cuatro individuos armados que dijeron ser policías en misión especial. La pareja fue introducida en un vehículo sin distintivos y trasladada al restaurante Can Casas, en un paraje solitario cercano al barrio Dels Planas-Sant Cugat, a unos veinte kilómetros de Barcelona. En ese lugar, según la versión de la pareja, los cuatro policías les obligaron a firmar un atestado en blanco y a ingerir bebidas alcohólicas, mientras la joven Ruth Nayibe era víctima de determinados abusos por parte de los agentes. Después, ya avanzada la madrugada, habrían sido liberados, después de que el suboficial jefe obligara a la joven a practicarle una fellatio y de que a Aguilar Moreno le sustrajeran los agentes un colgante de plata y 5.000 pesetas.

La verdad de la historia, sin embargo, sería muy distinta, según la versión de los hechos que habría dado el jefe de la Policía Municipal de Sant Cugat y que medios municipales consultados por este diario consideran "mucho más creible". Desde hacía semanas, la Policía Municipal de la localidad, y el suboficial Sanmartín en particular, estaban gestionando el ingreso de un joven drogadicto en una institución médica destinada a la deshabituación a la droga. Este muchacho comunicó el jueves a la Policía Municipal que era objeto de presiones por parte de gente, relacionada con el tráfico de drogas para que no aceptara ir a la cura de deshabituación. El joven manifestaría que la cita era en las Ramblas, de Barcelona, y el suboficial jefe, encendiéndose en su celo, puesto que no puede actuar fuera del municipio, decidió intervenir en el caso.

Sanmartín y los tres agentes, actuando de paisano, fueron al lugar de la cita y detuvieron a Aguilar Moreno y a Ruth Nayibe. Sanmartín, según fuentes municipales, decidió arreglar con una declaración de los detenidos el cese de las presiones sobre el drogadicto arrepentido, y por ello les trasladó al restaurante citado. Allí convinieron en que serían puestos en libertad si cesaban en su acción, y el incidente terminó sin complicaciones.

Uno de los agentes comentó que le gustaba el medallón que llevaba Aguilar Moreno, y éste decidió regalárselo.

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Según esta versión, coincidente en líneas generales con la del suboficial, Sanmartín, la joven Ruth pidió incluso a éste su dirección particular para, según habría dicho aquélla, "mandarle unas líneas de agradecimiento". Fuentes municipales solventes señalaron que este modo de actuar no era extraño en el suboficial jefe de la Policía Municipal.

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