Reportaje:

El Gobierno fomentará la contratación eventual para frenar el crecimiento del paro

Los primeros análisis de los programas de fomento de empleo, puestos en vigor el pasado mes de julio, demuestran que en un importante porcentaje los empresarios han utilizado los mismos para conseguir mano de obra barata. Ha habido un mal uso -consciente o no- de estas medidas, que, por otro lado, según la propia Administración no han dado los resultados que en un principio cabía esperar."Porque", señala Miguel Cuenca, subsecretario de Empleo, "la mayoría de las irregularidades detectadas en el análisis efectuado por el Instituto Nacional de Empleo (INEM) se deben fundamentalmente a una falta ...

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Los primeros análisis de los programas de fomento de empleo, puestos en vigor el pasado mes de julio, demuestran que en un importante porcentaje los empresarios han utilizado los mismos para conseguir mano de obra barata. Ha habido un mal uso -consciente o no- de estas medidas, que, por otro lado, según la propia Administración no han dado los resultados que en un principio cabía esperar."Porque", señala Miguel Cuenca, subsecretario de Empleo, "la mayoría de las irregularidades detectadas en el análisis efectuado por el Instituto Nacional de Empleo (INEM) se deben fundamentalmente a una falta de conocimiento por parte de las empresas del tipo de contrato a utilizar". Los empresarios confunden el contrato de formación y prácticas con el de contratos bonificados y éste con el de contratación temporal.

Según datos del INEM, recogidos en uno de los estudios más completos realizados en este sentido, desde agosto a noviembre de 1981 se produjeron un total de 87.158 contrataciones, casi el 16% de las colocaciones que se registraron en ese período.

Fomento de empleo

El programa de fomento de empleo se basa en cuatro decretos. El de trabajo en prácticas y para la formación, el de contratación temporal, el de contratos a tiempo parcial y el de contratos bonificados para determinados colectivos. Todos ellos nacidos con la intención de facilitar a los empresarios la contratación de trabajadores. En algunos de ellos con importantes bonificaciones a la cuota de la Seguridad Social.Como explica Miguel Cuenca, se trata de crear nuevo empleo, no de destruir puestos de trabajo fijo. "Con esa filosofía, el Ministerio de Trabajo ha puesto en marcha estas medidas de fomento de empleo. Y precisamente porque la preocupación de este departamento es el paro, es por lo que hemos planteado la necesidad de modificar la normativa existente". Y niega Miguel Cuenca que el nuevo proyecto de decreto que vendría a modificar el existente sobre contratación temporal sea "el pago del Gobierno a la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE)" por su ayuda en las campañas andaluza y gallega.

"Es absurdo pensarlo. La CEOE no ha influido para nada en nuestra decisión. La CEOE se ha enterado del proyecto el mismo día que los sindicatos. Y no nos importa si beneficia o no a los empresarios, lo que nos preocupa es que beneficie a los parados, porque éste es un Ministerio para todos los españoles".

Temor de los sindicatos a la flexibilidad de plantillas

Lo cierto es que cuando los sindicatos conocieron la intención del Gobierno de cambiar el proyecto sobre contratación temporal que limitaba este tipo de contratos en función del número de trabajadores fijos, reaccionaron acusando a la Administración de pretender introducir la flexibilidad de plantillas. Aplicando estrictamente el nuevo proyecto, una empresa puede funcionar sólo con trabajadores eventuales, argumentaron las centrales.Cosa que reconoce Miguel Cuenca. "Pero no todo es tan simple", asegura. "El proyecto que presentamos no podrá ser utilizado por aquellas empresas que hayan despedido a trabajadores fijos o hayan presentado expedientes de regulación de empleo. Naturalmente que lo ideal sería que todos los contratos fueran fijos. Pero eso es imposible. A mí me parece más positiva la creación de empleo, aunque sea de forma eventual, que el contemplar cómo el paro va en aumento".

El nuevo proyecto de la Administración va a favorecer, sobre todo, a la pequeña empresa. Los límites impuestos en la normativa actual daba lugar a situaciones realmente curiosas. Una empresa de cinco trabajadores sólo podía contratar temporalmente a un trabajador y medio; es decir, al 30% de su plantilla.

Para Miguel Cuenca, este tipo de empresas son las que más necesitan trabajadores eventuales. "Las empresas no quieren trabajadores fijos, porque no los pueden mantener. Y nos encontramos con el dilema de o no aceptar que se contrate temporalmente, o permitirlo a pesar de sus posibles inconvenientes".

Inconvenientes que no lo son tanto para el subsecretario de Empleo, que asegura que "está demostrado que la pequeña empresa prefiere aguantar con su actual plantilla a cargar con un trabajador fijo. Lo que el país necesita es trabajo. Y en muchos casos, un contrato por seis meses o un año resuelve el problema de una familia.

Por otro lado, las medidas que estamos llevando a cabo en nuestro país no se diferencian gran cosa de las que se vienen utilizando en otros países europeos".

Lucha contra el fraude

El subsecretario de Empleo, a pesar de los ataques de los sindicatos en este sentido, se muestra optimista. "Yo creo", dice, "que todos los componentes del Consejo General del INEM -Administración, patronal y sindicatos- queremos lo mismo, y que mediante el diálogo llegaremos a soluciones adecuadas".Las dos grandes áreas en las que se está moviendo la política del Ministerio de Trabajo, son la elaboración de normativas que fomenten el empleo y la lucha contra el fraude.

En la primera, el Ministerio de Trabajo se encuentra en estos momentos estudiando la posibilidad de refundir en una sola normativa todas las medidas de fomento de empleo.

Con ello se pretende clarificar a trabajadores y empresarios las medidas a las que se pueden acoger, facilitando la realización de este tipo de contrataciones y evitando las irregularidades que se están produciendo con la utilización de los decretos existentes.

Por lo que respecta a la segunda área, el ministro de Trabajo, Santiago Rodríguez Miranda, explicaba hace unos días a los periodistas que en dos meses de campaña se habían ahorrado más de 14.000 millones de pesetas por diversos conceptos.

Madrid se encuentra plagado de vallas en las que se explican los miles de millones que anualmente nos cuesta a los españoles el fraude al desempleo.

Las estimaciones efectuadas por el Ministerio de Trabajo fueron contestadas por los sindicatos, que acusaron a la Administración de estar dando una imagen del parado como defraudador. Santiago Rodríguez Miranda niega que haya sido esa la intención de la campaña. "Cuando hablamos de fraude, todo el mundo sabe que en el 99% de los casos existe porque las empresas lo permiten y lo fomentan".

El fraude no está sólo en las chapuzas

Y Miguel Cuenca matiza que "al referimos al fraude no nos estamos refiriendo al parado que hace su chapucilla para incrementar sus escasos ingresos. Nos estamos refiriendo al fraude en gran escala, al fraude de empresas que no dan de alta a los trabajadores, que pactan con ellos el que sigan cobrando el seguro de paro, pagándoles jornales mucho más bajos y evitando la creación de nuevos empleos. A esa economía subterránea por la que se mueven miles de millones que deben ser empleados para crear puestos de trabajo o pagar a los parados".Según los datos suministrados por Rodríguez Miranda, en los dos meses de campaña, 28.714 empresas recibieron la visita de inspectores y se levantaron por la Inspección de Trabajo casi 7.500 actas de infracción, por un importe de más de 378 millones de pesetas en multas a las empresas.

Las actas de liquidación a la Seguridad Social fueron 3.503, por un importe de más de 2.900 millones de pesetas.

El ministro anunció además que en el proyecto de reforma del Código Penal enviado por el Gobierno a las Cortes se tipifica el fraude al seguro de desempleo como delito.

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