Dúplica a Juan Caño

Como relaciones públicas del equipo de dirección de los teatros de la Diputación de Valencia, ante el escrito de Juan Caño, publicado en su sección de Cartas al director del domingo 28 de marzo, desearía realizar las siguientes matizaciones respecto del mencionado escrito:

1. La contestación al artículo del señor Caño se produce tan sólo porque oficialmente tenemos la obligación de llevarla a cabo, ya que no únicamente se cuestiona la actividad teatral de entidades privadas o grupos de teatro de nuestra ciudad, sino que se está (consciente o inconscientemente) cuestionando...

Como relaciones públicas del equipo de dirección de los teatros de la Diputación de Valencia, ante el escrito de Juan Caño, publicado en su sección de Cartas al director del domingo 28 de marzo, desearía realizar las siguientes matizaciones respecto del mencionado escrito:

1. La contestación al artículo del señor Caño se produce tan sólo porque oficialmente tenemos la obligación de llevarla a cabo, ya que no únicamente se cuestiona la actividad teatral de entidades privadas o grupos de teatro de nuestra ciudad, sino que se está (consciente o inconscientemente) cuestionando también la actividad cultural llevada a cabo a lo largo de tres años por la primera Diputación democrática de Valencia.

2. La publicación de la carta del se?íor Sirera (EL PAIS, domingo 21 de marzo) no es ni con mucho la contestación real que se remitió a la dirección de EL PAIS, ya que, como usted podrá comprobar en sus archivos, señor director, el envío sellado con fecha 12 de marzo de 1982, referencia 99, estaba compuesto de dos escritos: el primero de ellos, personal, y un segundo, con el siguiente título: Valencia. La e.yperieticia desmeselizadora, y que estaba firmado por Rodolf Sirera, director de los teatros de la Diputación, Vicente Vergara, gerente del teatro Valencia (Studio, SA); José Gandía Casimiro, director del Teatro Estable del País Valenciano. Así pues, señor director, lo que usted publicó fueron extractos, seleccionados por usted, de la carta personal que Rodolf Sirera le dirigía como director de los teatros de la Diputación.

3. En ningún momento se desea insultar (ni se insulta) al señor Caño, tan sólo se le informa acerca de nuestro trabajo, que él en sus escritos primero ígnora, posteríormente cuestiona y finalmente ataca, poniendo en duda el carácter democrático de nuestro equipo de trabajo y de la institución que representamos.

4. No pensamos que EL PAIS sea lugar adecuado o cancha de debate entre nuestro trabajo, la acción cultural de una institución democrática y los personales gustos y/o manías del señor Caño. Por tanto, si el mencionado señor lo desea, le remitiremos puntualmente información gratuita (como corresponde: a todo servicio), amplia información de nuestras actividades a lo largo de la presente o anteriores temporadas.

5. Por nuestra parte, cerramos este debate, y aun cuando se produzcan posteriores escritor del señor Caño, esta será nuestra última matización o escrito al respecto. /

Equipo de dirección de los teatros de la Diputación.