El poder socialista francés seguírá controlando los medios audiovisuales del Estado

El Gobierno socialista tampoco ha cortado el cordón umbilical que une, en Francia, al poder y a los medios audiovisuales. Un proyecto de ley que en breve será sometido a la aprobación de la Asamblea Nacional, crea una alta autoridad que tendrá en sus manos todos los poderes sobre la radio y TV del monopolio. Seis de los nueve miembros de ese organismo serán nombrados por el presidente de la República, François Mitterrand, y por el de la Asamblea Nacional, el dirigente socialista, Louis Mermaz.

Al inicio de cada septenio, el presidente de la República de turno elabora un nuevo estatuto p...

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El Gobierno socialista tampoco ha cortado el cordón umbilical que une, en Francia, al poder y a los medios audiovisuales. Un proyecto de ley que en breve será sometido a la aprobación de la Asamblea Nacional, crea una alta autoridad que tendrá en sus manos todos los poderes sobre la radio y TV del monopolio. Seis de los nueve miembros de ese organismo serán nombrados por el presidente de la República, François Mitterrand, y por el de la Asamblea Nacional, el dirigente socialista, Louis Mermaz.

Al inicio de cada septenio, el presidente de la República de turno elabora un nuevo estatuto para la radio y la televisión del monopolio estatal. Durante los veintitrés años del gaullismo-giscardismo, esos medios fueron acusados siempre de estar, no al servicio del público, tal como lo exige su naturaleza jurídica, sino al de los intereses del Gobierno.A lo largo de ese período de la V República, eran los Gobiernos y, en la práctica, el presidente de la República, quien nombraba a los dirigentes del monopolio, asegurando así su fidelidad.

Los socialistas, desde la oposición, habían prometido liberar, definitivamente, los medios audiovisuales de la influencia gubernamental. Y ahora, ya en el poder, quieren realizar sus promesas con la nueva ley, aprobada ayer por el Gobierno, que próximamente será examinada por el poder legislativo. El punto esencial de esa normativa estipula la creación de una alta autoridad, cuyos poderes son prácticamente totales: nombrar los presidentes de los tres canales de televisión, el de la radio estatal, y los de las demás sociedades del monopolio. Además vigilará los programas, los armonizará, arbitrará los conflictos deontológicos o de otro tipo y garantizará el pluralismo y la autonomía. Esta nueva institución estará compuesta por nueve miembros, nombrados por seis anos, con carácter irrevocable. Y serán elegidos, tres por el presidente Mitterrand; otros tres por el presidente de la Asamblea Nacional, Mermaz, y los tres últimos por el presidente del Senado, Alain Poher.

Por fin, el presidente de la alta asamblea será designado también por Mitterrand. Dada la composición actual de las asambleas, la mayoría gobernante nombrará a seis de los nueve miembros. Mitterrand, en una de las 110 proposiciones que componían su programa electoral, hace ahora un año, propugnaba lo siguiente: "La televisión y la radio serán descentralizadas y pluralistas. Será creado un consejo nacional de lo audiovisual, en el que los representantes del Estado serán minoritarios".

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