Llamamiento de Reagan a 500 empresarios y 30 ministros de la OCDE para superar los problemas que dividen a Occidente

El presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, dirigió ayer un llamamiento a los quinientos empresarios y treinta ministros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reunidos en el simposio de Davos (Suiza) en el que puso de relieve la necesidad de "salvar el espíritu de libre empresa y de riesgo y superar los problemas que, como la represión en el Este y el débil crecimiento económico, amenazan con dividirnos, creando escepticismo y miedo".

ENVIADO ESPECIAL,El mensaje, filmado en technicolor y proyectado ante un concilio empresarial cargado de pesi...

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El presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, dirigió ayer un llamamiento a los quinientos empresarios y treinta ministros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reunidos en el simposio de Davos (Suiza) en el que puso de relieve la necesidad de "salvar el espíritu de libre empresa y de riesgo y superar los problemas que, como la represión en el Este y el débil crecimiento económico, amenazan con dividirnos, creando escepticismo y miedo".

ENVIADO ESPECIAL,El mensaje, filmado en technicolor y proyectado ante un concilio empresarial cargado de pesimismo e inquietud sobre el futuro económico, fue criticado con cierto cinismo por Edward Heath, ex primer ministro británico, y efusivamente aplaudido por Raymond Barre, ex primer ministro francés."Estamos atravesando un período", señaló el presidente Reagan, "en el que nuestras relaciones están amenazadas y se están poniendo a prueba, y debemos tomar la resolución de que estas tensiones no nos dividan, sino todo lo contrario". El presidente norteamericano evocó la unión "en paz, prosperidad y progreso" de su país con Europa durante los últimos 35 años, y pidió fidelidad entre los aliados. En su pastoral al empresariado europeo, donde sobresalía la presencia de los máximos dirigentes multinacionales en Europa, EE UU y Japón, así como profesores y políticos de talante trilateral, Ronald Reagan defendió su política económica y animó a seguir el ejemplo norteamericano para salir de la crisis, "reconociendo el valor de la iniciativa personal".

"No hay otra alternativa", dijo Reagan. "Los enormes gastos de los Gobiernos y las elevadas tasas de impuestos no funcionan. Las barreras aduaneras proteccionistas tampoco funcionan. Cada vez son presentadas estas medidas como soluciones a corto plazo. Pero, inevitablemente, estas medidas engendran hábitos de largo plazo y, en este caso, la enfermedad de los altos tipos de interés, de la inflación y del estancamiento, que casi han destruido nuestra economía. Estados Unidos ha dado un viraje histórico", añadió, «para reconstruir su economía y restaurar su seguridad financiera. Estas refomas no han hecho más que comenzar, pero triunfarán, y el ahorro, las inversiones y el crecimiento de la productividad renacerán. Algunos dicen", terminó Reagan, "que es peligroso emprender reformas drásticas en períodos de inestabilidad. Yo creo, por el contrario, que es peligroso no hacerlo. Habrá siempre una crisis, pero no habrá siempre una oportunidad".

El mensaje, que acabó con un "Dios os bendiga a todos", emitido desde el despacho oval de la Casa Blanca, fue calurosamente aplaudido por los asistentes al XII Simposio de Davos, que organiza cada año el European Management Forum, de Ginebra. Algunos empresarios y altos ejecutivos europeos destacaron poco después, en los seminarios específicos que tienen carácter confidencial, la progresiva reorganización del empresariado europeo, que busca liderazgo para salir del pesimismo actual".

El colapso de la distensión

La réplica del antiguo líder conservador británico y presidente del simposio, Edward Heath, fue dura en dos aspectos fundamentales. Criticó el unilateralismo y aislacionismo de Reagan como el mayor peligro que amenaza a Europa, así como su programa, que trata de reconstruir la economía norteamericana a través del rearme. En el discurso inaugural, Heath mostró un panorama desolador para las relaciones trilaterales -Estados Unidos, Europa y Japón-, y señaló que "el edificio de la cooperación económica internacional, construido por Occidente durante los últimos treinta años, se está desintegrando por el colapso de la distensión y la emergencia de actitudes irreconciliables en el interior de la OTAN. Hasta hace poco era posible atribuir la erosión en la cooperación internacional a las dificultades de ajuste en la redistribución del poder económico y político en el mundo. Hoy, sin embargo, la cooperación internacional", dijo, "tiene un impedimento mucho más pernicioso: el unilateralismo deliberado que está utilizando Estados Unidos, basado en una ideología ascendente que denigra la cooperación".En la segunda sesión plenaria del Simposio de Davos se discutirán hoy las ponencias presentadas por Raymond Barre, ex primer ministro de Francia con Giscard d' Estaing; Lawrence Klein, premio Nobel de Economía, y Saburo Okita, ex ministro de Asuntos Exteriores de Japón.

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