Sigue la polémica sobre la violación de una autoestopista en el Reino Unido

En plena polémica sobre las violaciones de mujeres, el fiscal general de Escocia, Nicholas Fairbairn, se vio obligado a explicar ayer ante la Cámara de los Comunes por qué había decidido no procesar a tres jóvenes que en noviembre de 1980 supuestamente violaron a una joven en Glasgow, causándole graves heridas en la cara con una cuchilla de afeitar.

El caso de la joven de Glasgow, de treinta años de edad, divorciada y madre de dos hijos, ha vuelto a polarizar la polémica sobre las violaciones en el Reino Unido. Según Fairbairn, los psiquiatras de la mujer, que recibió 168 puntos a c...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En plena polémica sobre las violaciones de mujeres, el fiscal general de Escocia, Nicholas Fairbairn, se vio obligado a explicar ayer ante la Cámara de los Comunes por qué había decidido no procesar a tres jóvenes que en noviembre de 1980 supuestamente violaron a una joven en Glasgow, causándole graves heridas en la cara con una cuchilla de afeitar.

El caso de la joven de Glasgow, de treinta años de edad, divorciada y madre de dos hijos, ha vuelto a polarizar la polémica sobre las violaciones en el Reino Unido. Según Fairbairn, los psiquiatras de la mujer, que recibió 168 puntos a consecuencia de sus heridas, declararon que podría haberse suicidado si hubiera prestado testimonio. Al no haber, pues, pruebas suficientes para condenar a los acusados, la acusación pública decidió no seguir adelante con el caso. Los tres jóvenes quedaron en libertad y, según la ley escocesa, no pueden volver a ser procesados por el mismo crimen. La única posibilidad es que la supuesta víctima intente llevar adelante uña acusación privada, pero para ello necesitará autorización del Tribunal Supremo Escocés.

La última vez que este tribunal dio una autorización similar fue en 1909.

La joven ha declarado que estaba dispuesta a testimoniar, en contra de lo que pensaban sus psiquiatras, y ahora está estudiando la posibilidad de una acusación privada. La declaración de Fairbairn no cerrará pues esta polémica, sino que la recrudecerá.

Archivado En