Los Reyes de España inician el domingo una visita oficial de seis días a la India

En un momento en que España se encuentra inmersa en el proceso de integración en las Comunidades Europea y Atlántica, los Reyes de España inician el próximo domingo una visita de Estado de seis días de duración a la India, cuna del movimiento de países no alineados, en un esfuerzo demostrativo de la voluntad de la Corona de fortalecer la presencia de España en todos los ámbitos de la geografía mundial. La visita de los Reyes de España a uno de los países más extensos y poblados de la Tierra -más de tres millones de kilómetros cuadrados de extensión y cerca de setecientos millones de habitantes...

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En un momento en que España se encuentra inmersa en el proceso de integración en las Comunidades Europea y Atlántica, los Reyes de España inician el próximo domingo una visita de Estado de seis días de duración a la India, cuna del movimiento de países no alineados, en un esfuerzo demostrativo de la voluntad de la Corona de fortalecer la presencia de España en todos los ámbitos de la geografía mundial. La visita de los Reyes de España a uno de los países más extensos y poblados de la Tierra -más de tres millones de kilómetros cuadrados de extensión y cerca de setecientos millones de habitantes, una quinta parte de la población mundial- puede interpretarse, en opinión de fuentes diplomáticas españolas, como "la culminación o refrendo" de un largo proceso de aproximación entre los dos países y el inicio de una nueva fase en sus relaciones.

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A pesar de la importancia de la India en la esfera internacional, las relaciones entre los dos países han sido prácticamente inexistentes hasta mediada la década de los setenta. Aunque España y la India establecieron relaciones diplomáticas al acceder este país a la independencia en 1947, el intercambio de embajadores no se efectuó hasta 1956, una vez que se produjera el levantamiento de las sanciones impuestas por las Naciones Unidas contra el régimen de Franco en 1947. Pero el intercambio de embajadores poco o nada supuso para conseguir un acercamienlo real entre los Gobiernos de Madrid y de Nueva Delhi.Las relaciones políticas cobran un cierto impulso a partir de 1972, con la visita del entonces ministro de Asuntos Exteriores, Gregorio López Bravo, que es seguida dos años después por un viaje oficial de don Juan Carlos de Borbón como príncipe. Por último, en el curso de 1980 y 1981, los secretarios de Estado para Asuntos Exteriores de ambos países, Carlos Robles Piquer y A. Sathe, viajan a Nueva Delhi y Madrid, respectivamente. Durante la visita de este último, marcada por el fallido golpe de Estado del 23 de febrero -se tuvo que suspender la cena oficial ofrecida en su honor-, fue cuando se concretaron las fechas de la visita de los Reyes.

Invitación a raíz del viaje a China

La invitación fue cursada hace tiempo por el Gobierno indio, a raíz de la visita a China de los Reyes de España en 1978, aunque fuera concretada tres años después. China, junto con Pakistán, supone la continua pesadilla para el Gobierno de Nueva Delhi, que tiene un contencioso pendiente con su poderoso vecino del Norte.Los Reyes visitarán la capital india, Bombay, Madrás, la Academia Militar de Pooria y Bangalore, aunque el interés político de la visita se centre en los tres primeros días de la estancia en Nueva Delhi y, concretamente, en la entrevista que el Monarca español mantendrá con la primera ministra de la India, Indira Gandhi, y en las conversaciones a celebrar entre el ministro de Asuntos Exteriores español, José Pedro Pérez-Llorca, y su colega indio, P.V. Narasirnha Rao.

En las conversaciones políticas, se pasará revista a los problemas mundiales, aunque es poco previsible una coincidencia de puntos de vista por ambas partes, dada la diferencia que separa las respectivas políticas exteriores.

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Así, mientras España acaba de solicitar su ingreso en la Alianza Atlántica y prosigue su largo camino hacia la Comunidad Económica Europea, la India, en un momento fundadora del Movimiento de Países No Alineados, junto a Yugoslavia, Egipto, China e Indonesia, parece inclinarse cada vez más en los últimos tiempos hacia la Unión Soviética, forzada por la creciente interrelación entre Pakistán, China y Estados Unidos.

En los momentos actuales, la India tiene firmado un tratado de amistad y cooperación con los rusos, tratado que le ha hecho perder prestigio entre el Movimiento de los No alineados, y es uno de los poos países de ese Movimiento que no ha condenado la intervención soviética en Afganistán.

Mientras que la posición oficial india en torno a este tema coincide prácticamente con la versión del Kremlin, y se resume en la afirmación de que los soviéticos se encuentran en Afganistán a petición del Gobierno afgano, España, por su parte, ha denunciado en repetidas ocasiones la intervención soviética y ha pedido la retirada de las tropas rusas de ese país.

Los puntos de coincidencia hispano-indios habrá que encontrarlos, pues, en otras zonas del mundo, como el Oriente Próximo, donde la postura del Gobierno de Nueva Delhi se asemeja bastante a la del de Madrid; es decir, retirada de las tropas israelíes de los territorios ocupados, incluida Jerusalén, y creación de un Estado palestino. Otro punto de coincidencia puede ser Latinoamérica. El Gobierno indio parece interesado en intensificar sus relaciones con los paises iberoamericanos, y España puede ser el puente de enlace con aquel continente.

Escasas relaciones económicas

En el tema de las relaciones bilaterales está prácticamepte todo por hacer. En el terreno económico, los intercambios, aunque han crecido bastante en los dos últimos años, son todavía modestísimos, si se tiene en cuenta la amplitud del mercado indio. Los intercambios han pasado de 77 millones de dólares en las dos direcciones en 1980 -las exportaciones españolas 53 millones, por 24 las importaciones- a 117 millones hasta octubre de 1981 -91 millones vendidos por España y 26 comprados-. España envía a la Indiál principalmente productos quimicos, hierro y acero, y compra pieles y cueros, fibras textiles y mariscos. Fuentes españolas han manifestado su esperanza de que estas relaciones comerciales se incrementen como consecuencia del viaje de los Reyes, aunque han señalado que la penetración en los mercados indios será difícil, dada la implantación en ellos durante décadas de otros países industrializados.

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