Cartas al director

El puente colgante de Vizcaya

A veces, la Prensa libre tiene la potestad de prevenir los males que se ciernen sobre los ciudadanos y de conjurarlos. No hace un mes que ustedes publicaban una carta sobre la lamentable comunicación existente entre ambas márgenes del Nervión, cuando una serie de acontecímientos en cadena han venido a certificar nuestro desamparo. El viernes día 18 de diciembre, a las 15.20 horas de la tarde, hora en que por regla general atraviesa el Puente Colgante, pude presenciar escenas de pánico en su correspondiente barquilla, pues se habían levantado unas ráfagas de viento huracanado y la barquilla se ...

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A veces, la Prensa libre tiene la potestad de prevenir los males que se ciernen sobre los ciudadanos y de conjurarlos. No hace un mes que ustedes publicaban una carta sobre la lamentable comunicación existente entre ambas márgenes del Nervión, cuando una serie de acontecímientos en cadena han venido a certificar nuestro desamparo. El viernes día 18 de diciembre, a las 15.20 horas de la tarde, hora en que por regla general atraviesa el Puente Colgante, pude presenciar escenas de pánico en su correspondiente barquilla, pues se habían levantado unas ráfagas de viento huracanado y la barquilla se movía iriq uiet antem ente. El viento silbaba con estrépito; la propia estructura metálica se estremecía con la acometida. Aunque la gente mayor no llorábamos como algún niño que nos rondaba, el gusano del temor se había apoderado de nuestros corazones. Pocos días más tarde, los periódicos sacaban en primera plana el angustioso rescate de los usuarios tras hora y media de suspensión sobre la ría. Dos o tres días después, quizá en previsión de la oleada de protestas, se abre al tráfico el puente de Rontegui de manera milagrosa, tras unos años de parálisis y retardación. Pero a pesar de todo lo loable de su puesta en funcionamiento, el problerna de tránsito de usuarios y mercancías en la embocadura de la ría sigue sin formularse, con el consiguiente trastorno para la industria pesada vasca y las industrias auxiliares. Los ciudadanos del señorío de Vizcaya quisiéramos preguntar a las cámaras de Industria, Comercio y Navegación de Bilbao si van a estar sacrificadas a los intereses de esa exigua minoría de empresarios que son los accionistas del Puente Colgante. Y a los Gobiernos Vasco yPasa a la página 12

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