PRENSA

"En Europa occidental, las presiones sobre la Prensa son económicas" según el director de 'Le Monde"

Las presiones sobre los medios de comunicación para limitar la libertad de expresión parecen ser comunes a todos los países, incluso a los de mayor tradición democrática, según se puso de manifiesto ayer en Zaragoza en un coloquio sobre la Prensa en Europa, que contó con la intervención de los directores de dos prestigiosos diarios, Jacques Fauvet, del vespertino parisiense Le Monde, y Juan Luis Cebrián, de EL PAIS.

La diferencia fundamental está en que, en Europa occidental, los mayores ataques a la independencia informativa provienen de factores económicos, y en España, a estos se une...

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Las presiones sobre los medios de comunicación para limitar la libertad de expresión parecen ser comunes a todos los países, incluso a los de mayor tradición democrática, según se puso de manifiesto ayer en Zaragoza en un coloquio sobre la Prensa en Europa, que contó con la intervención de los directores de dos prestigiosos diarios, Jacques Fauvet, del vespertino parisiense Le Monde, y Juan Luis Cebrián, de EL PAIS.

La diferencia fundamental está en que, en Europa occidental, los mayores ataques a la independencia informativa provienen de factores económicos, y en España, a estos se unen las presiones políticas.En la Francia actual, según Fauvet, la Prensa ha logrado mantener su independencia frente a los poderes políticos y a las personas, pero en cambio es víctima del poder económico y de la tecnología. «En once años que llevo como director de Le Monde», confesó, «he ido treinta veces ante los tribunales, pero sólo dos de estos juicios los interpuso el Gobierno».

Las leyes para proteger a la Prensa y las subvenciones económicas (en Francia la Prensa no. paga impuestos) no han impedido, sin embargo, que las ventas disminuyan, opinó el director de Le Monde.

Presiones y nuevas tecnologías

El problema nace, dijo Fauvet, de que somos víctimas de la ley del beneficio, de la publicidad y de la concentración, todos, factores económicos. «Hay que tener una tirada importante para tener publicidad, y luego hay que mantener la tirada, silenciando lo que pueda molestar». Así la publicidad se convierte en medio de supervivencia y a la vez de presión.

La concentración de la empresa -muy fuerte en Alemania e Inglaterra- fue otro de los fenómenos citados por Fauvet como más peligrosos en el marco de la expresión. Finalmente trazó un panorama casi apocalíptico del futuro, a causa de las nuevas tecnologías. Se preguntó quién podrá controlar los efectos de estos sistemas, que por su coste son sólo accesibles a los grandes poderes económicos, y concluyó sentenciando: «Sólo la Prensa escrita puede explica; hay que defender lo escrito, porque la cultura es la escritura».

Situación grave

Juan Luis Cebrián, partiendo de las declaraciones de Fauvet de que la Prensa es un contrapoder, hizo una síntesis de cómo los otros poderes de la sociedad tratan de limitarla. Citó, en primer lugar, la confusión legislativa que causa inseguridad en los profesionales. A pesar de que la Constitución contiene dos aspectos tan progresistas como el secreto profesional y la cláusula de conciencia, que prácticamente sólo en España están reconocidos a tan alto rango legal. La falta de desarrollo de estos preceptos y los ejemplos prácticos de cómo se incumplen hacen que la situación sea cada vez más grave.

El problema es común a otros países europeos ' pero la gran diferencia, dijo el director de EL PAIS, está en la actitud de los profesionales y en la inexistencia de una organización sindical de periodista fuerte.

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