El Gobierno de Pinochet amplía su intervención a diez entidades financieras y aseguradoras

La experiencia de liberalismo económico a ultranza, implantada en Chile por la Junta Militar tras el golpe de Estado de 1973, parece definitivamente truncada, al menos a nivel teórico tras la intervención por el Gobierno chileno en los últimos días de diez entidades financieras y aseguradoras.Desde el pasado lunes han sido intervenidas en Chile las siguientes entidades: los bancos Español-Chile, Talca, Fomento de Valparaiso y Regional de Linares; las financieras Finansur, Financiera de Capitales, Cash y Compañía General Financiera; el consorcio Lloyd de Chile y la compañía de seguros Lloyd de ...

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La experiencia de liberalismo económico a ultranza, implantada en Chile por la Junta Militar tras el golpe de Estado de 1973, parece definitivamente truncada, al menos a nivel teórico tras la intervención por el Gobierno chileno en los últimos días de diez entidades financieras y aseguradoras.Desde el pasado lunes han sido intervenidas en Chile las siguientes entidades: los bancos Español-Chile, Talca, Fomento de Valparaiso y Regional de Linares; las financieras Finansur, Financiera de Capitales, Cash y Compañía General Financiera; el consorcio Lloyd de Chile y la compañía de seguros Lloyd de Chile. Las ocho primeras entidades fueron intervenidas por haberse detectado una deficiente"; las dos últimas a consecuencia de que algunos de los bancos y financieras intervenidos eran los principales acreedores de estas dos compañías.

Fracasa la tesis de la "mano invisible"

La intervención realizada rompe los esquemas teorizados por la Escuela de Chicago y por su principal valedor, el premio Nobel de Economía, Milton Friedínan, que asesoraron al Gobierno chileno casi desde el principio de su mandato. Estos esquemas están basados en la más pura lógica del mercado y en la tesis de la "mano invisible" como asignadora de recursos. Las tesis de los economistas de la Escuela de Chicago ya habían sido puestos en entredicho frecuentemente en los últimos meses por el gran endeudaudamiento exterior de Chile, que según algunos expertos ronda la situación de quiebra, pero hasta ahora no se había aportado ningún dato tan explícito como la intervención financiera citada que rompe con el dicho de que "cada palo aguan te su vela".Se da la circunstancia de que el proceso que ha protagonizado la administración chilena y parte de su sistema financiero, habrá tenido dos expectadores muy significados relacionados con España. Por una parte, la presencia en Santiago de Chile del presidente del Banco Central español, Alfonso Escámez, en donde se encontraba abriendo una agencia del Central (calificada como puente para la futura acción de otras empresas del grupo, como Dragados y Construcciones y Cepsa); y por otra, el seguimiento pormenorizado de la operación de intervención, de Emilio Botín, presidente del Banco de Santander, ya que dicho banco español se disponía a adquirir los dos tercios del capital del Banco Español-Chile, cuyo presidente Raul Sal-III ha sido detenido por funcionarios de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos.

Intentos de venta frustrados

El Gobierno chileno, a través del Consejo de Defensa del Estado, se hizo directo partícipe en la querella iniciada por la Superintendencia de Bancos y Entidades Financíeras, al tiempo que el magistrado instructor del proceso dispuso que todos los máximos directivos de los bancos y financieras intervenídos no puedan abandonar el país.Mientras tanto, se han nombrado unos responsables provisionales que "normalizarán el funcionamiento de estas empresas y deja completamente protegidos los ahorros de sus clientes". Según ha podido saber EL PAIS, antes de adoptar la solución de intervenir las entidades, se hicieron numerosas gestiones para intentar venderlas a otras empresas financieras extranjeras, entre ellas a algunos bancos españoles como el citado Santander, el Exterior de España, el Hispano Americano y otros.

El Banco central de Chile prestará ahora a las empresas intervenidas el apoyo financiero que haga falta para que los clientes tengan la seguridad de que no se verán afectados por la medida. Se desconoce por el momento la cuantía de esos fondos de garantía necesarios.

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