Hoy entra en vigor el Plan de Saneamiento Atmosférico

El Plan de Saneamiento Atmosférico (PSA) entra hoy en vigor, coincidiendo con el encendido de la mayor parte de las 50.000 calefacciones que, según cálculos estimativos no oficiales, existen en la ciudad. Con la aplicación de ese plan, el Ayuntamiento pretende evitar que, como ocurrió en años anteriores, la situación de la contaminación atmosférica en la ciudad llegue a ser en algún momento peligrosa o cuando menos angustiosa para la salud del ciudadano. Sin embargo, factores de diverso orden han convertido el PSA en una mera declaración de buenas intenciones, con muy escasa aplicación práctic...

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El Plan de Saneamiento Atmosférico (PSA) entra hoy en vigor, coincidiendo con el encendido de la mayor parte de las 50.000 calefacciones que, según cálculos estimativos no oficiales, existen en la ciudad. Con la aplicación de ese plan, el Ayuntamiento pretende evitar que, como ocurrió en años anteriores, la situación de la contaminación atmosférica en la ciudad llegue a ser en algún momento peligrosa o cuando menos angustiosa para la salud del ciudadano. Sin embargo, factores de diverso orden han convertido el PSA en una mera declaración de buenas intenciones, con muy escasa aplicación práctica concreta.

La idea de elaborar un plan de las características del que hoy entra en vigor surgió como consecuencia directa de la grave situación de contaminación atmosférica que sufrió Madrid. a finales del mes de diciembre del año pasado y primeros días de éste. El propósito inmediato fue no tener que tomar medidas drásticas como las adoptadas en ese último mes y prever el aumento de la contaminación y evitarlo, en la medida de lo posible.En líneas generales, el PSA intentaba poner en práctica tres ideas fundamentales: en primer lugar, un exhaustivo control de la calidad de los combustibles que se utilizan en las calefacciones madrileñas, en especial en el azufre contenido en el carbón; en segundo lugar, un reciclaje de los motores de los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) para que utilicen gases licuados de petróleo (GLP), de mucho menor poder contaminante, y, por último, una ampliación temporal de la zona de Ordenación y Regulación del Aparcamiento (ORA) hasta el perímetro formado por la M-30. En caso de que hubiera llegado a ser aplicado, el funcionamiento de esa zona de la ORA ampliada se hubiera extendido desde hoy hasta el día 31 de enero.

Escasa aplicación práctica

Sin embargo, diversos factores han hecho que lo que en un principio era un ambicioso plan de control de la contaminación atmosférica en la ciudad quede reducido prácticamente a una mera declaración de intenciones.La dificultad de conseguir contratar un mayor número de empleados que se encargaran de controlar una zona de la ORA tan ampliada ha dado como resultado el que el proyecto -tan temido por el ciudadano- haya quedado aplazado.

Por otro lado, la negativa del concejal de Circulación, José Luis Martín Palacín, a considerar viable la reconversión de los autobuses municipales al GLP ha aparcado tal propuesta.

En tercer lugar, la escasez de posibilidades de inspección por parte municipal reduce en gran medida el control de los combustibles a utilizar. Además, los comerciantes dedicados a la venta de carbones habían ya expuesto su temor a que un mayor control les llevara a ver reducido considerablemente el volumen de su negocio

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En resumen, hoy entra en vigor, oficialmente, el PSA, aunque su efectividad práctica para evitar la aparición de la gran masa contaminante de todos los años podrá verse dentro de dos meses.

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