Pretende probar que su defendido está poseído por el diablo
No se celebrará con toda seguridad el llamado proceso del diablo en la ciudad de Danbury, en el Estado norteamericano de Connecticut: el juez Robert Callahan, encargado de examinar el caso de un joven acusado de asesinato, ha negado, el miércoles pasado, al abogado defensor, que alegue la posesión de su cliente por Satán.Arne Johnson, de diecinueve años, está acusado de haber apuñalado en enero pasado a uno de sus amigos, Alan Bono, de cuarenta años. Según su abogado defensor, Martin Minnella, Johnson habría intentado, cinco meses antes del crimen, exorcizar a un adolescente y a consecu...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
No se celebrará con toda seguridad el llamado proceso del diablo en la ciudad de Danbury, en el Estado norteamericano de Connecticut: el juez Robert Callahan, encargado de examinar el caso de un joven acusado de asesinato, ha negado, el miércoles pasado, al abogado defensor, que alegue la posesión de su cliente por Satán.Arne Johnson, de diecinueve años, está acusado de haber apuñalado en enero pasado a uno de sus amigos, Alan Bono, de cuarenta años. Según su abogado defensor, Martin Minnella, Johnson habría intentado, cinco meses antes del crimen, exorcizar a un adolescente y a consecuencia de ello él mismo se convirtió en presa del demonio.
Al iniciarse el juicio, el miércoles pasado, el abogado anunció su intención de probar la posesión de su cliente por el demonio, afirmando que una prueba de este género había sido autorizada en muchos casos en el Reino Unido. Pero, invitado a citar estos casos concretos, el abogado ha sido incapaz de citar ni uno solo. El juez ha declarado entonces que no podía autorizar una defensa basada en esta prueba.
El abogado Minnella, sin embargo, no ha renunciado a sus proyectos, pues estima que la decisión del juez no es todavía definitiva. El abogado ha afirmado ante los periodistas que mantiene su intención de presentar en el juicio todos los testimonios necesarios para demostrar que su cliente está poseído por el diablo, fundamentalmente la declaración de cinco sacerdotes que han participado en sesiones de exorcismo.