La Asamblea francesa aprobó ayer la nacionalización de 36 bancos

La nacionalización de 36 establecimientos bancarios fue aprobada ayer por la Asamblea Nacional francesa, tras una serie de debates que se prolongaron durante catorce horas. El resultado de la votación fue de 333 votos a favor contra 153, según informa Efe. Con esta ley pasan al sector público todos los bancos franceses, con excepción de los que tienen carácter de mutualidad y algunos de ámbito regional.

El proceso de nacionalizaciones decidido por el Gobierno socialista francés ha sido obstruido metódica e inteligentemente por la oposición conservadora liberal en la Asamblea Naciona...

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La nacionalización de 36 establecimientos bancarios fue aprobada ayer por la Asamblea Nacional francesa, tras una serie de debates que se prolongaron durante catorce horas. El resultado de la votación fue de 333 votos a favor contra 153, según informa Efe. Con esta ley pasan al sector público todos los bancos franceses, con excepción de los que tienen carácter de mutualidad y algunos de ámbito regional.

El proceso de nacionalizaciones decidido por el Gobierno socialista francés ha sido obstruido metódica e inteligentemente por la oposición conservadora liberal en la Asamblea Nacional. El primer ministro, Pierre Mauroy, a pesar de las amenazas de los últimos días, no ha practicado el procedimiento de urgencia para rematar el histórico debate parlamentario. En cualquier caso, las empresas nacionalizadas preparan una enredosa ofensiva jurídica y la oposición política recurrirá ante el Consejo Constitucional.El mitterrandismo, portador oficial del laicismo francés, al inicio del debate parlamentario sobre las nacionalizaciones, la semana última, para asentar lo justo y lo cristiano de su iniciativa, se refirió a la última encíclica de Juan Pablo II sobre el trabajo humano, en la que el sume pontífice critica el doma intangible de la propiedad privada. Los mismos representantes del poder socialista, combatientes supremos del antigaullismo, al frente del que fue el enemigo número uno de toda la política del general Charles de Gaulle, el presidente François Mitterrand, recurren igualmente al aval del fundador de la 53 república para justificar el principio de las nacionalizaciones, al recordar que él también violó la propiedad privada en 1945.

Pero como si nada. El debate de los 51 artículos de la ley de Nacionalizaciones, obstaculizado por más de ochocientas enmiendas introducidas por la oposición, ha desconcertado al poder, que no esperaba un ataque tan sólido y tan bien preparado.

En el plano puramente económico, la reforma estructural de los once grupos industriales nacionalizados y de las 36 bancas (98 si se tienen en cuenta las sucursales) paraliza en parte la máquina económica de base que representa, hoy, el sector público: casi el 20% de la producción francesa si se suman las nacionalizaciones mitterrandistas a las ya existentes.

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