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Michael Bates,

de veintiún años, obrero metalúrgico en Diewsville, Nueva Jersey, ha sido el protagonista de uiia intervención médica sin precedentes en la que, durante 46 horas, 44 especialistas en microcirugía se afanaron por reimplantarle siete de los ocho dedos de ambas manos que le habían sido segados de cuajo por una prensa de acero. Durante la intervención, realizada el pasado 4 de septiembre y que ha sido comunicada a la prensa ahora, los cirujanos hubieron de rehacer y volver a unir los dieciseis nervios, veinticuatro tendones y veinticuatro vasos sanguíneos de cada uno de los siete dedos reimplantad...

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de veintiún años, obrero metalúrgico en Diewsville, Nueva Jersey, ha sido el protagonista de uiia intervención médica sin precedentes en la que, durante 46 horas, 44 especialistas en microcirugía se afanaron por reimplantarle siete de los ocho dedos de ambas manos que le habían sido segados de cuajo por una prensa de acero. Durante la intervención, realizada el pasado 4 de septiembre y que ha sido comunicada a la prensa ahora, los cirujanos hubieron de rehacer y volver a unir los dieciseis nervios, veinticuatro tendones y veinticuatro vasos sanguíneos de cada uno de los siete dedos reimplantados. En esta operación los médicos utilizaron trozos de arterias de los brazos y las piernas del propio paciente.

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