Nerviosismo y puntos de vista dispares en el Congreso del sindicato polaco Solidaridad

En un clima de nerviosismo y de enfrentamientos personales entre bastidores, el congreso del sindicato independiente polaco Solidaridad inició en Gdansk la discusión sobre el programa que divide a los delegados en fundamentalistas, dispuestos a un enfrentamiento con el sistema comunista, y pragmáticos, partidarios de posturas de compromiso.

Una cuestión tan poco trascendente como si el congreso de Solidaridad debe agradecer expresamente o no al Comité de Autodefensa Social (KOR) su trabajo en los últimos cinco años en favor de los trabajadores ha provocado fuertes disputas entre los del...

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En un clima de nerviosismo y de enfrentamientos personales entre bastidores, el congreso del sindicato independiente polaco Solidaridad inició en Gdansk la discusión sobre el programa que divide a los delegados en fundamentalistas, dispuestos a un enfrentamiento con el sistema comunista, y pragmáticos, partidarios de posturas de compromiso.

Una cuestión tan poco trascendente como si el congreso de Solidaridad debe agradecer expresamente o no al Comité de Autodefensa Social (KOR) su trabajo en los últimos cinco años en favor de los trabajadores ha provocado fuertes disputas entre los delegados. Un representante de Radom, foco de los incidentes del año 1976 que dieron lugar a la creación del KOR, propuso que el congreso agradeciese a la gente de KOR su trabajo en los últimos cinco años. A la hora de formular la resolución, en una discusión interna del grupo de la región de Varsovia, otro delegado, contrario a KOR, propuso que se dejara patente el agradecimiento a todos los que hicieron posible el nacimiento de Solidaridad, sin nombrar expresamente a KOR.

Ataque cardiaco

Jozef Lipski, un miembro del autodisuelto KOR, aceptó que se retirase la resolución, pero pídió la palabra en el pleno. Antes de poder hablar, Lipski sufrió un ataque cardiaco y le llevaron al hospital. Esto provocó un fuerte nerviosismo. Al delegado de Varsovia contrario al KOR le llovieron gritos de "Era esto lo que querías", y una chica le escupió en el comedor. Delegados de Gdansk pidieron a Lech Walesa en un escrito que expulse del congreso a los dirigentes más destacados de KOR, Jacek Kuron y Adam Michnik.

Todos estos enfrentamientos son sintomáticos del grado de nerviosismo existente entre los delegados. En el fondo está la cuestión esencial: las discrepancias sobre el rumbo que debe tomar Solidaridad, enfrentamiento total con el sistema comunista o política de entendimiento ante la situación de hecho existente en Polonia, un país de la esfera de influencia de la URSS.

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En el congreso tomó la palabra ayer por la mañana una de las figuras más destacadas de la iglesia polaca, el profesor de Filosofía del seminario de Cracovia, el sacerdote Tyschner, que cosechó grindes aplausos y dejó una impresión muy favorable entre los delegados. Tyschner dijo que hablaba en nombre propio, como filósofo, y no como representante de la iglesia. El sacerdote, de quien se llegó a hablar como un posible candidato a primado de Polonia, expiicó que "todas estas disputas no pueden ocultar la luz del sol". Tyschner hizo una llamada a la tolerancia y al pluralismo, porque sin ello no se habría conseguido el congreso ni Solidaridad.

En la discusión sobre el programa de Solidaridd, que abarca tres apartados (estructura del sindicato, programa económico y cuestiones sociopolíticas), han pedido la palabra 135 delegados, y la discusión programática, unida a las elecciones para la presidencia, anuncian para los próximos días una fuerte lucha por el poder en el sindicato independiente. Normalmente ante estos enfrentamientos la figura integradora de Lech Walesa debe imponerse.

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