El río Duero será navegable dentro de dos años

Los productos españoles podrán transportarse hasta el Atlántico, a través del Duero, en un plazo de dos años. En 1983, la Administración portuguesa concluirá la esclusa correspondiente a la última presa del río hispano-luso, que volverá a ser navegable para embarcaciones de 1.500 toneladas de carga desde la frontera hasta Oporto. El hecho reviste especial interés para la región castellano-leonesa, y en particular para las provincias de Zamora, Valladolid y Salamanca, que podrían canalizar el transporte que, a través del Duero, tuviera como origen o destino el océano Atlántico o la zona norte d...

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Los productos españoles podrán transportarse hasta el Atlántico, a través del Duero, en un plazo de dos años. En 1983, la Administración portuguesa concluirá la esclusa correspondiente a la última presa del río hispano-luso, que volverá a ser navegable para embarcaciones de 1.500 toneladas de carga desde la frontera hasta Oporto. El hecho reviste especial interés para la región castellano-leonesa, y en particular para las provincias de Zamora, Valladolid y Salamanca, que podrían canalizar el transporte que, a través del Duero, tuviera como origen o destino el océano Atlántico o la zona norte de Portugal.

Las autoridades portuguesas han reiterado la conveniencia de esta acciones de cara al desarrollo de una de las regiones más atrasadas del país, la de Tras-os-Montes, Aunque el Gobierno español no había mostrado especial interés en torno al tema, las modificaciones introducidas hace un año en lo proyectos de construcción de la presa de Pocinho, a veintisiete kilómetros de la frontera española, inducían a pensar en planteamientos internacionales o, al menos hispano- portugueses.Los portugueses trabajan en este proyecto de navegabilidad del Duero, uno de sus ríos más importantes, con 213 kilómetros de recorrido en territorio lusitano, desde 1965. Las presas de Carrapatelho, Regua y Faleira, finalizadas en 1968, 1974 y 1978, respectivamente, cuentan ya con esclusas laterales de ochenta metros de longitud y doce de anchura, para el paso d barcos de un calado inferior a cuatro metros. La presa de Pocinho y la de Crestuma, junto a la desembocadura, estarán concluidas en un plazo inferior a dos años.

El proyecto inicial no preveía la construcción de esclusa en la presa de Pocinho, dado que la rentabilidad que podía ofrecer resultaba muy escasa con relación a la inversión que exigía. Los productos de las minas de Moncorvo, que se hallan aguas arriba de la presa, podían transportarse fácilmente hasta Pocinho. Sin embargo, los técnicos e ingenieros de la empresa constructora y de la Empresa de Electricidad de Portugal (EDP), que agrupa a las existentes antes de la revolución y está nacionalizada recibieron inesperadamente la orden de llevar a cabo la esclusa.

Con anterioridad, en el mes de marzo del pasado año, Pirito Balsemáo, dimitido ministro portugués, había anunciado esta.decisión que el Gobierno tomó, tras mantener unas conversaciones con la Administración española, en el Primero de Janeoro. El mismo diario aseguraba que la CEE aportaría el 40% del presupuesto de la obra. Esta se evalúa en 1.400 millones de pesetas sobre los 7.000 que supone el total de la construcción.

Las modificaciones introducidas en el proyecto aseguran la navegabilidad del Duero desde la frontera española, desde Vegaterrón (Salamanca), donde desemboca el río Agueda y donde existió en el siglo pasado un muelle de amplia incidencia comercial, hasta Oporto. La subida del agua, gracias al reculaje de la presa de Pocinho, garantizará unas condiciones óptimas para la navegación desde el territorio español. Sin embargo, la configuración del Duero aguas arriba impide pensar en una inversión económica hoy justificable, para salvar los desniveles existentes y ampliar la zona de navegación fluvial hacia el interior de la Península.

Estas últimas impresiones fueron facilitadas por los senadores socialistas José Luis González Marcos y Manuel Díez Marta, consejero de Comercio del ente castellano-leonés e ingeniero especialista en navegación fluvial, respectivamente, tras una visita que hicieron hace meses a las obras portuguesas. Pese al intento de crear a partir de entonces un movimiento de opinión en torno al tema, y a las gestiones realizadas en distintos estamentos, los sectores interesados no han obtenido aún de la Administración española una respuesta pública sobre su postura en torno al tema del aprovechamiento del Duero como vía de transporte.

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