El tema vasco centra la visita del ministro francés del Interior a Madrid

El ministro francés del Interior, Gaston Defferre, «perfectamente sereno y decidido a estrechar la colaboración con España», llegará este miércoles a mediodía a Madrid para celebrar' conversaciones con su homólogo Juan José Rosón y, posiblemente, con el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, y con el primer secretario del PSOE, Felipe González. El tema de las actividades de los militantes etarras en el País Vasco francés sería el predominante en las entrevistas.

Pero el orden, la variedad y la profundidad de las cuestiones que se traten en Madrid «dependerá mucho de las autorid...

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El ministro francés del Interior, Gaston Defferre, «perfectamente sereno y decidido a estrechar la colaboración con España», llegará este miércoles a mediodía a Madrid para celebrar' conversaciones con su homólogo Juan José Rosón y, posiblemente, con el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, y con el primer secretario del PSOE, Felipe González. El tema de las actividades de los militantes etarras en el País Vasco francés sería el predominante en las entrevistas.

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Pero el orden, la variedad y la profundidad de las cuestiones que se traten en Madrid «dependerá mucho de las autoridades españolas», estiman los medios oficiosos franceses.La explosión causada por las declaraciones de Defferre, hace menos de dos semanas, en las que afirmaba que «no habrá extradiciones de vascos», y que el combate de ETA Militar «es político», ya no Figura entre los temas de actualidad de la Prensa gala, pero el asunto ha dejado trazas fuertes, y escoltará este viaje del ministro del Interior a Madrid. Sus colaboradores más allegados afirman que Defierre mantiene «su actitud y su determinación con toda serenidad, que realiza el viaje con deseos de estrechar las relaciones entre los dos países, y que, de no ser así, no iría. También se reconoce que las declaraciones al semanario Le Nouvel Observateur han creado «una situación delicada y cualquier paso en falso debe ser evitado ».

De los temas a tratar en Madrid por el ministro galo del Interior, el vasco será preferente. Sobre las extradiciones, la opinión negativa manifestada por Defferre sería «personal», lo cual no es nada nuevo, puesto que la decisión debe tomarla el Gobierno y, en última instancia, el presidente François Mitterrand. Ahora bien, aquí, en medios cercanos al primer ministro, Pierre Mauroy, se recuerda firmemente que «de entrada, cuando vino a París Calvo Sotelo, lo primero que se le dijo es que no se concederían las extradiciones». De ser así, cabe preguntarse qué razones le forzaron al presidente del Gobierno a presentar la cuestión de manera mucho más equívoca ante la opinión española.

Por lo que se refiere a la cooperación francesa para luchar contra la actividad de los militantes etarras en el País, Vasco francés, Defferre propondría esa concertación sin restricción alguna. Pero en las esferas oficiales se hacen dos observaciones sobre este punto. La primera de ellas señala que todos los interlocutores franceses se interrogan sobre la eficacia real de esas posibles medidas. La segunda apunta que Defferre plantearía claramente el problema de la «colaboración real de la policía y de la justicia españolas», es decir, para los franceses «existen dos terrorismos, uno vasco y el otro de extrema derecha, alimentado desde el otro lado de los Pirineos». Todo indicaría que las autoridades galas están dispuestas a alejar a los militantes vascos de la frontera franco-española, como ya hizo en alguna ocasión el poder anterior.

Consultadas ayer fuentes cercanas a ETA Militar, declararon lo siguiente sobre este tema: «Imaginemos que envían a los vascos a Martinica; en primer lugar, ya veremos lo que dura ese alejamiento; en segundo lugar, hay que contar con la reacción de los vascos franceses, y, por fin, las autoridades francesas y las españolas deben saber que esos vascos, susceptibles de sufrir las medidas represivas francesas, son los más moderados, y su desaparición sería como un cartucho que provocaría explosiones gravísimas».

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El problema vasco es español

En su conjunto, para Defferre, como para el Gobierno socialista galo, «el problema vasco es esencialmente español». Esta doctrina enmarcará cualquier tipo de negociación entre los dos países. Los franceses estiman que el proceso autonómico, por las razones que fuere, «no ha sido muy feliz hasta la fecha y, esencialmente esto, ha enconado el caso vasco». Por otra parte, por las razones que fuere también, las autoridades francesas anotan que «con la mejor voluntad, seguramente el poder civil democrático español no ha controlado ni el militar ni el policial, lo que ha agravado también el proceso autonómico ».

Por ello, la obsesión española por la componente francesa de la cuestión vasca irrita aquí al máximo. Y cuando, el otro día, a causa de las declaraciones de Defferre, la gran mayoría de la Prensa se sublevó contra el ministro para exhibir su preocupación por el «peligro que representa ETA para la democracia española», las autoridades se sorprendieron al comprobar que esa misma Prensa se callaba en tiempos del giscardismo.

De manera más concreta, sobre la cuestión de la especificidad regional y de la lucha violenta que puede generar, el ministro Defferre, que hoy llegará a Madrid, se manifestó, días pasados, en los siguientes términos, al referirse al caso corso: «La utilización del plástico, la violencia, son siempre condenables. Pero a veces ocurre que esta manifestación exterior de una situación responde a algo que toca el fondo del problema. Por lo que concierne a Córcega, su especificidad ha sido soslayada., Se ha llegado a un punto en el que la solución debe ser política y no militar».

Refiriéndose igualmente a la Isla de Belleza, es decir, al movimiento clandestino independentista Frente de Liberación Nacional Corso (FLNC), que practica la violencia, Defferre, repetidamente, durante los últimos días (viajará a la isla el sábado inmediato), se ha manifestado dispuesto a «dialogar con los militantes clandestinos».

Entrevistas con Calvo Sotelo y Felipe González

Defferre llegará a Madrid a mediodía, iniciará inmediatamente la visita de trabajo con Rosón, almorzará con este último, y las conversaciones podrían continuar después. Todo dependería de sus posibles entrevistas con el presidente Calvo Sotelo y con el primer secretario del PSOE, Felipe González. A propósito de este eventua mano a mano entre socialistas, en esta capital se estima que el Gobierno actual francés desea colaborar al máximo en la consolidación de la democracia española peinando, ya, en la posible llegada al poder, en Madrid, del PSOE.

El ministro galo irá acompañado del director de su Gabinete, Maurice Grimalid, el histórico prefecto de policía, que tuvo que dirigir la guerra contra los estudiantes de mayo de 1968. Como consecuencia de s a conducta, juzgada débil por las autoridades gaullistas de aquella época, fue aparcado, y ahora ha vuelto a la política de la mano de Defferre. También acompañarán a este último su jefe de Gabinete y su esposa, Edmonde Charles-Roux, escritora coronada hace algunos años con el Premio Goncourt y que, como el ministro, desea visitar el Museo del Prado.

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