Gibraltar, hoy
La decisión del rey Juan Carlos I de no asistir a la boda del príncipe Carlos y ladi Diana, independientemente de las causas que la han determinado, es nuestra, de todos los españoles.España no es sino el conjunto de todos los españoles. Los partidos políticos, o las personas que los integran, sólo son un sumando.
Los españoles de a pie, los que vivimos de nuestro trabajo, los que atendemos al quehacer cotidiano de nuestros hombres públicos a través de los medios de comunicación, necesitamos, más que nunca en esta época difícil, alguien en quien confiar; alguien a quien darle nuestr...
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La decisión del rey Juan Carlos I de no asistir a la boda del príncipe Carlos y ladi Diana, independientemente de las causas que la han determinado, es nuestra, de todos los españoles.España no es sino el conjunto de todos los españoles. Los partidos políticos, o las personas que los integran, sólo son un sumando.
Los españoles de a pie, los que vivimos de nuestro trabajo, los que atendemos al quehacer cotidiano de nuestros hombres públicos a través de los medios de comunicación, necesitamos, más que nunca en esta época difícil, alguien en quien confiar; alguien a quien darle nuestro apoyo incondicional. Porque estamos cansados de constatar que, en el transcurso del período democrático, nuestros representantes más destacados, en las Cortes o en la vida pública, antepongan sus intereses partidistas o privados a los intereses del Estado y gasten nuestro tiempo en luchas tribales, jugando la baraja del voto./ .