Incoado expediente como conjunto histórico-artístico y arqueológico a la calzada romana de Cercedilla

El director general de Bellas Artes, Javier Tusell, ha dictado una resolución, publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado, por la que se incoa expediente de declaración como conjunto histórico-artístico y arqueológico a la calzada romana que unía las localidades de Titulcia y Segovia, en su trayecto por el término municipal de Cercedilla, así como a los cuatro puentes romanos que se conservan, el de Enmedio, del Descalzo, de la Venta y del Reajo. La incoación lleva aparejada la tramitación del expediente con carácter de urgencia. Los puentes, que se encontraban en mal estado de conservaci...

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El director general de Bellas Artes, Javier Tusell, ha dictado una resolución, publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado, por la que se incoa expediente de declaración como conjunto histórico-artístico y arqueológico a la calzada romana que unía las localidades de Titulcia y Segovia, en su trayecto por el término municipal de Cercedilla, así como a los cuatro puentes romanos que se conservan, el de Enmedio, del Descalzo, de la Venta y del Reajo. La incoación lleva aparejada la tramitación del expediente con carácter de urgencia. Los puentes, que se encontraban en mal estado de conservación y algunos en peligro de ruina, fueron restaurados completamente a lo largo del año pasado por la Diputación Provincial.

La calzada es una de las obras importantes que se conservan de la dominación romana en España y ha sido objeto de numerosos estudios que, sin embargo, no han llegado suficientemente al conocimiento masivo del público. Uno de los mayores expertos sobre el tema no es, curiosamente, ni historiador ni arqueólogo, sino un veraneante habitual de Cercedilla, Cesáreo de Miguel, un aparejador que a lo largo de muchos años ha recorrido paso a paso los tramos de la calzada que quedan al descubierto aún o que pueden adivinarse, prestando particular atención a los puentes. La Diputación Provincial supo valorar el trabajo Cesáreo de Miguel, acompañado de múltiples fotografías y planos levantados por él mismo. Se creó una comisión en la que estaban presentes el Ayuntamiento de Cercedilla, la Diputación Provincial, el Instituto de Conservación de la Naturaleza y la Dirección General del Patrimonio Artístico del Ministerio de Cultura.En el otoño de 1979 comenzaron las obras de restauración de los puentes, para lo que la Diputación asignó un presupuesto de 5.514.509 pesetas, que son posiblemente las únicas (al margen de pequeñas reparaciones realizadas por el Ministerio de Obras Públicas muchos años atrás) que se han invertido en el mantenimiento de una vía construida hará unos 1.900 años, poco más o menos.

Los romanos construían bien

En los estudios realizados sobre la calzada romana a su paso por el municipio de Cercedilla, todos los expertos han coincidido en su admiración por la robustez de los trabajos de los ingenieros romanos, hechos evidentemente para que prestaran servicio el mayor tiempo posible, con el mínimo de gastos en reparaciones. Con materiales muy simples y baratos, suministrados por la zona donde se desarrollaban los trabajos, supieron construir calzadas que unían todas las regiones más importantes de los países conquistados y por ellas no sólo penetraban sus legiones de soldados, sino también el comercio, la cultura y las pautas romanas de vida. Aún en el 1606, como mínimo, estaba en servicio, como lo prueban documentos de la época en los que se la menciona. Los puentes han sido todavía aprovechados en el trazado de las carreteras modernas.

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Construida en el siglo I de nuestra era, la calzada comenzaba en Titulcia, ahora un pequeño pueblo cerca de Aranjuez, discurría en dirección Norte-Sur pasando cerca de Madrid y, siguiendo parte del cauce del Guadarrama, llega hasta Cercedilla y el puerto de la Fuenfría. El tramo mejor conservado es precisamente el de Cercedilla, que se extiende a lo largo de 10,5 kilómetros, de los que no todos están a la vista, con los cuatro puentes citados. Según los datos recogidos en el libro La vía romana a su paso por Cercedilla, escrito por Cesáreo de Miguel y editado por la Diputación Provincial, su técnica de construcción era la siguiente: una caja de profundidad variable que podía llegar en ocasiones hasta los dos metros, según la importancia de la vía o las condiciones del subsuelo, una base de apoyo o drenaje formada por grava en seco denominada statumen. Seguía una segunda capa de hormigón de cal (rudus) y una capa de piedras de gran tamaño de forma piramidal con el vértice hincado firmemente en las capas inferiores y con su base, plana, hacia arriba que, unas con otras, formaban el firme de calzada.

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