La tripulación de un Boeing estrellado en Tenerife, responsabilizada del accidente

El accidente aéreo del 25 de abril de 1980, en las proximidades del aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife, en el que se estrelló un Boeing 727, de la compañía inglesa aérea Dan Air, con un balance de 146 muertos, se debió a errores de navegación de la tripulación del avión, y la falta de comprensión de las instrucciones del control español por parte de los pilotos ingleses, según se afirma en el informe de la comisión de investigación del accidente, que presentó ayer sus conclusiones a la Prensa en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.

El informe señala, según Europa Press, ent...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El accidente aéreo del 25 de abril de 1980, en las proximidades del aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife, en el que se estrelló un Boeing 727, de la compañía inglesa aérea Dan Air, con un balance de 146 muertos, se debió a errores de navegación de la tripulación del avión, y la falta de comprensión de las instrucciones del control español por parte de los pilotos ingleses, según se afirma en el informe de la comisión de investigación del accidente, que presentó ayer sus conclusiones a la Prensa en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.

El informe señala, según Europa Press, entre otras conclusiones las siguientes: la causa del accidente fue que el comandante, sin tener en cuenta la altitud a la que estaba volando, llevó la aeronave a una zona de grandes alturas, por lo que no mantuvo la correcta distancia de seguridad sobre el terreno, como era su obligación.Fueron factores contribuyentes: la realización de una maniobra sin tenerla claramente definida; navegación imprecisa por parte del comandante, lo que pone de manifiesto su desorientación; falta de labor de equipo entre el piloto y copiloto; el corto espacio de tiempo entre la información dada a la espera y el paso a la altura del FP (una ayuda de navegación desde tierra), y la no publicación de la espera.

El punto clave del informe está en la constatación, a través de las conversaciones grabadas en las cajas negras, del avión, que el comandante del avión no siguió una ruta correcta de aproximación a la entrada en la isla, la tripulación no asimiló la información que le dio el control para que maniobrara y entrada en un circuito de espera, y aunque no la entendió tampoco preguntó ni solicitó aclaración de la misma.

Puntualizaciones inglesas

Por su parte, la comisión inglesa, que ha discutido el informe de la comisión investigadora española, ha añadido al informe español un anexo en el que puntualiza, para que la opinión esté más equilibrada, lo siguiente:- La información sobre el circuito de espera que dio el control de Tenerife fue ambiguo y desorientó a la tripulación.

- Si el control no hubiera autorizado al avión a menos de 7.000 pies durante el comienzo de la entrada en el circuito de espera, este accidente no habría ocurrido.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La ruta ideal descrita en el informe no es practicable, ya que no es posible a un avión volar en unos ángulos tan cerrados como se han dibujado.

El Reino Unido ha acogido negativamente el informe, mostrando así importantes diferencias de opinión con las autoridades españolas, según informa nuestro corresponsal, Andrés Ortega. El ministro de Transportes británico, John Biffen, sentía que no se hubiera llegado a un acuerdo, y que la parte británica haya tenido que añadir tres puntos. En la Cámara de los Comunes, Biffen señaló ayer que el accidente siguió a «una ambigua radio transmisión al avión por parte del control aéreo de Tenerife», desorientando así al comandante del avión. Aunque el ministro británico reconoció que en última instancia la responsabilidad de mantener una cierta altitud de vuelo recae sobre el piloto, señaló que el informe «subestima seriamente las insuficiencias de los controladores aéreos españoles».

- La compañía aérea Dan-Air ha decidido llevar a las autoridades españolas ante los tribunales, aunque sólo sea para limpiar el nombre de su empresa. Para Dan-Air, el informe español es «incompleto, desequilibrado y en algunos aspectos incorrecto».

Archivado En