Los cuatro partidos mayoritarios tratan de paralizar todo el país dos minutos el día 12 a mediodía

Los principales partidos políticos convocan a todos los españoles para que el próximo martes, al mediodía, paralicen cualquier actividad que estén realizando y observen dos minutos de silencio, en homenaje a las víctimas del terrorismo y en solidaridad con las Fuerzas Armadas y de seguridad del Estado. Este es el acuerdo alcanzado ayer por representantes de Alianza Popular, Unión de Centro Democrático, Partido Socialista Obrero Español y Partido Comunista de España, en una reunión celebrada ayer en la sede del PSOE. El ministro del Interior ha sido informado ya de dicho proyecto.

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Los principales partidos políticos convocan a todos los españoles para que el próximo martes, al mediodía, paralicen cualquier actividad que estén realizando y observen dos minutos de silencio, en homenaje a las víctimas del terrorismo y en solidaridad con las Fuerzas Armadas y de seguridad del Estado. Este es el acuerdo alcanzado ayer por representantes de Alianza Popular, Unión de Centro Democrático, Partido Socialista Obrero Español y Partido Comunista de España, en una reunión celebrada ayer en la sede del PSOE. El ministro del Interior ha sido informado ya de dicho proyecto.

«El doce, a las doce» recuerda pasadas iniciativas de las fuerzas democráticas en la época de la transición, si bien todos los participantes reconocieron que no existen precedentes de tan original idea. Los miembros de la comisión organizadora declararon a EL PAIS que la iniciativa surgió «un poco entre todos», y que, una vez debatido el plan, todos estuvieron de acuerdo en que era el mejor.Si se cumplen las previsiones de los convocantes, toda España debería quedar sumida en un completo silencio durante dos minutos: los centros laborales suspenderán el trabajo, los coches se detendrán en las calles, las amas de casa dejarán sus labores, los colegios interrumpirán las clases, las emisoras de radio permanecerán en silencio, los peatones suspenderán sus paseos... En suma, no se efectuará movimiento alguno, y los españoles deberán dedicar ese tiempo a «reflexionar» sobre las consecuencias del terrorismo y la necesidad de respaldar la democracia.

Tal objetivo, caracterizado principalmente por su efectismo, es la nueva fórmula con que los principales partidos tratan de sorprender a los españoles para evitar paros laborales más prolongados, que ocasionarían problemas con los empresarios y podrían obtener menos respaldo del que suponen sólo dos minutos de paralización de actividades; asimismo supone una novedad sobre las movilizaciones populares del 27 de febrero, cuya repetición se barajó inicialmente en la reunión de ayer, para llegar a la conclusión de que están «demasiado cerca en el tiempo» para hacer una demostración similar, y que hay muchas personas a las que no les apetece ir detrás de una pancarta o de unos líderes.

La forma en que los partidos intentan conseguir la paralización general de España no se ha determinado todavía; es decir, no se ha decidido si habrá una «señal» para coordinar la iniciación del paro simbólico. A estos efectos se ha constituido una comisión técnica, que se reunirá todos los días, para organizar los diversos aspectos de la protesta cívica. Las ideas barajadas por los asistentes a la reunión de ayer van desde solicitar a los ayuntamientos que coloquen todos los semáforos en rojo, a mediodía del día 12, hasta pedir a los periódicos que publiquen en titulares destacados ese día la hora de la convocatoria, incluyendo la suspensión de las emisiones de radio en todo el país a esa misma hora.

A juicio del dirigente socialista Enrique Múgica, que representó a su partido en la reunión decisoria, «si se consigue paralizar todo el país durante dos minutos, será una clara manifestación de la voluntad del pueblo, un clamor colectivo contra el terror y una muestra de respeto por los que han caído en esta lucha». Respecto a la posibilidad de que una parte de los españoles no secunden esta acción, para Múgica significaría que «quienes se inhiban, demostrarán cuál es su actitud en relación con la lucha antiterrorista».

Para el dirigente centrista Juan Díez Nicolás, representante de UCD en la comisión organizadora, esta iniciativa «es muy barata: no tiene coste económico, no interrumpe nada, no pone en riesgo el orden público con grandes concentraciones humanas, y, sin embargo, puede ser una forma de protesta muy efectiva». En cuanto a Gabriel Elorriaga, representante de Alianza Popular, considera que «por supuesto, se trata de una iniciativa testimonial; dos minutos de silencio no pueden conseguir por sí solos la erradicación del terrorismo, pero lo que intentamos es que no pase inadvertida».

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Por su parte, el representante comunista, Simón Sánchez Montero, asegura que la iniciativa de los cuatro partidos «puede constituir una oportunidad sin precedentes, por su amplitud, de expresar una voluntad unánime y sin desuniones».

El comunicado conjunto facilitado por los cuatro partidos cita tres objetivos de esta acción: homenaje a las víctimas del terrorismo, «y en especial a las de los últimos atentados»; repulsa por todas aquellas actitudes que contribuyen a deteriorar la convivencia pacífica y respaldo a la Constitución y a las instituciones democráticas, así como apoyo a las Fuerzas Armadas y a las de seguridad del Estado.

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