Un incendio destruye casi totalmente la "boite" El Pintor cuando se encontraba vacía

Un incendio cuyas causas se desconocen, por el momento, destruyó en sus tres cuartas partes la discoteca El Pintor, en la calle de Goya, 79, en la madrugada de ayer. No obstante, los expertos rechazaron que el siniestro pudiera ser provocado. Según fuentes próximas al establecimiento, las llamas fueron detectadas a última hora de la noche del domingo. Los trabajos de extinción, en los que participaron once coches de bomberos, concluyeron a las seis de la mañana. El siniestro no provocó daños personales: varios empleados y clientes del hotel anejo a la boite fueron asistidos de procesos leves d...

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Un incendio cuyas causas se desconocen, por el momento, destruyó en sus tres cuartas partes la discoteca El Pintor, en la calle de Goya, 79, en la madrugada de ayer. No obstante, los expertos rechazaron que el siniestro pudiera ser provocado. Según fuentes próximas al establecimiento, las llamas fueron detectadas a última hora de la noche del domingo. Los trabajos de extinción, en los que participaron once coches de bomberos, concluyeron a las seis de la mañana. El siniestro no provocó daños personales: varios empleados y clientes del hotel anejo a la boite fueron asistidos de procesos leves de intoxicación, de los que se repusieron inmediatamente. Algo más de una hora antes de que las llamas prendiesen, unos trescientos jóvenes ocupaban la discoteca.

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La boite El Pintor combina habitualmente las sesiones de discoteca con las de café-teatro, si bien los domingos suprime las segundas y el local se cierra con cierta anticipación sobre el horario de los días laborables. Roberto Sancho, director del hotel El Pintor, anejo a la boite, recibió la comunicación de que la central de alarmas contra incendios había saltado, y dos fontaneros de servicio confirmaban el peligro: al parecer había humo en la discoteca. Poco después, un empleado marcó el número telefónico de los bomberos desde el hotel, puesto que los fontaneros no lograban neutralizar las llamas con las mangueras instaladas en el edificio.A pesar de la evidencia, el incendio era sorprendente: siguiendo la costumbre, el jefe de hotel había hecho una inspección de la discoteca después del cierre, y no había encontrado nada anormal. Unos trescientos clientes jóvenes habían estado bailando durante la tarde, pero el jefe de hotel no vio colillas encendidas u otras señales de peligro, así que el local fue cerrado «hasta el día siguiente».

Dos minutos después del aviso llegó un coche de bomberos. Una vez comprobada la magnitud del fuego, la dotación reclamó la presencia de otras unidades contra incendios. Según todos los indicios, las llamas habían arraigado mucho: los elementos combustibles de la sala debían de llevar ardiendo un buen rato, a la vista de las grandes proporciones del siniestro.

En los trabajos de extinción participaron hasta once coches. Unos cincuenta hombres se relevaron en las tareas sucesivas de evacuación y de reducción de las llamas. En los primeros minutos, varias personas, componentes del equipo de empleados del hotel, fueron trasladadas a centros médicos con algunas señales de asfixia. El director del hotel El Pintor, Roberto Sancho, recibía después comunicación de que los afectados por el fuego no sufrían quemaduras ni lesiones graves, de manera que los primeros síntomas, alarmantes sin duda, se reducían a intoxicaciones leves a consecuencia del humo.

A las seis de la madrugada, los trabajos de extinción habían concluido. Policía y bomberos descartaron en seguida la posibilidad de que el siniestro hubiera sido provocado, y aceptaron las hipótesis de que las causas serian un cigarrillo encendido y abandonado inadvertidamente por alguno de los clientes o un cortocircuito. Los daños en los cables del tendido eléctrico fijados junto a la conducción de agua, en el lado derecho del pasillo de entrada, parecían avalar la última de ellas.

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Los elementos más abundantes en la decoración del establecimiento eran el hierro forjado, la piel, el plástico y la moqueta: el 75% de la materia combustible había sido destruida por las llasmas.

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