Hoy se subasta un buque de Letasa que está retenido en Norteamérica

Esta mañana se subastará, en un juzgado madrileño el buque Carmen María, propiedad de Naviera Letasa, que es ofrecido en venta pública en ejecución de las demandas de los acreedores hipotecarios de la compañía actualmente en quiebra. Se da la peculiar circunstancia de que este buque permanece arrestado en el puerto norteamericano de Norfolk, a instancias de una demanda presentada por la empresa Sesosostris, filial española de la multinacional del grano Deyfruss.

La puesta inicial de la subasta del Carmen María es de 1.030 millones de pesetas, y a última hora de la tarde de ayer s...

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Esta mañana se subastará, en un juzgado madrileño el buque Carmen María, propiedad de Naviera Letasa, que es ofrecido en venta pública en ejecución de las demandas de los acreedores hipotecarios de la compañía actualmente en quiebra. Se da la peculiar circunstancia de que este buque permanece arrestado en el puerto norteamericano de Norfolk, a instancias de una demanda presentada por la empresa Sesosostris, filial española de la multinacional del grano Deyfruss.

La puesta inicial de la subasta del Carmen María es de 1.030 millones de pesetas, y a última hora de la tarde de ayer se especulaba en medios del sector con la posibilidad de que fuese cubierta, e incluso superada, por alguna de las empresas navieras dependientes de Petromed, bien la Naviera de Castilla Transportes de Petróleo, SA.Sin embargo, medios próximos a los bancos acreedores se mostraban reticente ante esta posibilidad, y recordaban que, ya en la subasta del Mercedes María había concurrido Petromed, a través de Naviera de Castilla, y que lo único que había conseguido es que la adjudicación del buque se realizase en 69 millones de pesetas por encima del precio inicial al procurador de los tribunales. Francisco Guinea Gauna, quien entonces reconoció actuar en nombre de terceras personas y se reservó el derecho de traspasar el buque.

Recuperación de préstamos

El último destinatario de los barcos vendidos parece ser, por el momento, la Compañía Catalana de Navegación, empresa casi olvidada y que ha renacido a partir de la venta de los buques de Letasa. Bankunión, acreedor destacado de Letasa, presenta vinculaciones con la Naviera Catalana, y es precisamente este banco en torno al que se agrupan los acreedores ordinarios, y algunos hipotecarios, que apuestan como solución para recuperar sus préstamos de forma inmediata, por la adquisición de los buques a medida que van saliendo a subasta, para posteriormente venderlos al mejor postor.Los diferenciales que se están consiguiendo con esta estrategia son importantes, y en el caso concreto del Carmen María, frente a los 1.030 millones de pesetas de puesta inicial en la subasta, su precio en los mercados internacionales, según reportan las publicaciones especializadas, se aproxima a los 2 .000 millones de pesetas, si bien esta valoración corresponde al barco reparado y sin tripulación.

El convenio de López Tapia

Por su parte, José María López Tapia, anterior presidente y fundador de Letasa, ha propuesto una solución para impedir la liquidación total de la flota de la naviera. El convenio que ofrece López Tapia comprende el pago de todos los créditos hipotecarios de la empresa en el plazo de tres años, y los préstamos ordinarios, en diez. La base de esta oferta es el producto de un flete por tiempo definido (time charter, first class), que produciría 15.500 dólares (unos 13,5 millones de pesetas) diarios por los barcos Mercedes María y Carmen María.Esta oferta ha sido calificada de inaceptable en medios próximos a los acreedores, quienes han señalado que, con la ejecución de las hipotecas, la compra por los mismos acreedores de los buques y su posterior venta al mejor postor están en camino de recuperar más rápidamente las deudas. Además se señala que los acreedores ordinarios saldrían fuertemente perjudicados, pues de aceptarse esta fórmula no recuperarían su inversión hasta el final del décimo año.

En el momento en que se produzca la venta del Carmen María, cualquier proyecto en este sentido resultará inviable, pues Letasa ya sólo contará con el Soledad María y el superpetrolero de 300.000 toneladas Mónica María, cuyos fletes no resultan tan rentables.

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