El embajador español expresó al Vaticano el malestar del Gobierno por la pastoral de los obispos vascos

El embajador de España ante la Santa Sede, José Joaquín Puig de la Bellacasa, estuvo ayer en el Vaticano para tratar el asunto de la pastoral de los obispos vascos. El embajador, que había sido llamado a Madrid en los días pasados, interpelado telefónicamente por EL PAIS, declaró que su visita al Vaticano había consistido en una conversación larga con el sustituto de la Secretaría de Estado, el arzobispo Eduardo Martínez Somalo, español, durante la cual le comunicó para que informara al papa Juan Pablo II «el desagrado del Gobierno de Madrid» sobre la pastoral de los obispos.

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El embajador de España ante la Santa Sede, José Joaquín Puig de la Bellacasa, estuvo ayer en el Vaticano para tratar el asunto de la pastoral de los obispos vascos. El embajador, que había sido llamado a Madrid en los días pasados, interpelado telefónicamente por EL PAIS, declaró que su visita al Vaticano había consistido en una conversación larga con el sustituto de la Secretaría de Estado, el arzobispo Eduardo Martínez Somalo, español, durante la cual le comunicó para que informara al papa Juan Pablo II «el desagrado del Gobierno de Madrid» sobre la pastoral de los obispos.

Puig de la Bellacasa declaró que había expuesto al alto prelado vaticano, con toda serie de detalles, los motivos de desagrado del Gobierno español sobre el documento episcopal vasco. Sobre todo le subrayó que el documento no puede ser juzgado fuera de la coyuntura de nuestro país y de la sensibilidad que existe entre la gente por el tema del terrorismo. «Le dije, con mucha sinceridad, que la pastoral había producido una impresión francamente negativa en los ambientes gubernamentales», y añadió que había hecho comprender al sustituto de la Secretaría de Estado la delicadeza del tema, ya que «hoy se juega en gran parte la democracia de España en el País Vasco».

El embajador español aseguró que Martínez Somalo «escuchó su larga conversación con el máximo interés y comprensión». Por lo que se refiere a las repercusiones negativas que podrían producir el desagrado del Gobierno ante la pastoral de los obispos vascos en relación con el próximo viaje del Papa a España y del viaje inminente del rey Juan Carlos al Vaticano, el embajador dijo a este periódico que las informaciones de la Prensa italiana a este respecto son completamente infundadas, ya que «el Rey será recibido con el máximo cariño por el Papa, mientras Juan Pablo Il es esperado con los brazos abiertos en España». Parece que no existe voluntad ni por parte del Gobierno ni del Vaticano de dramatizar la cuestión.

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