El Ministerio de Transportes quiere desestacionar el turismo interior

Durante 1980 entraron en nuestro país más de 38 millones de turistas. Exactamente 875.660 personas menos que en 1979. Sin embargo, 1980 es, según estimaciones oficiales, un año estable turísticamente. Por otro lado, el número de españoles que abandonaron su país para veranear fuera de nuestras fronteras ha alcanzado la cifra de dieciocho millones, casi un millón más que en 1979. Tal vez por ello, uno de los objetivos del Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones es potenciar el turismo interior, intentando, además, desestacionalizar el mismo, según ha declarado a EL PAIS su titular, ...

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Durante 1980 entraron en nuestro país más de 38 millones de turistas. Exactamente 875.660 personas menos que en 1979. Sin embargo, 1980 es, según estimaciones oficiales, un año estable turísticamente. Por otro lado, el número de españoles que abandonaron su país para veranear fuera de nuestras fronteras ha alcanzado la cifra de dieciocho millones, casi un millón más que en 1979. Tal vez por ello, uno de los objetivos del Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones es potenciar el turismo interior, intentando, además, desestacionalizar el mismo, según ha declarado a EL PAIS su titular, José Luis Alvarez, con motivo de la celebración en Madrid de un Seminario sobre la Influencia del Turismo en la Dinámica Social y Cultural, organizado por la Fundación de Estudios Sociológicos (Fundes).

El que el turismo haya sido incorporado al Ministerio de Transportes y Comunicaciones, no es sólo un capricho. Para su titular, José Luis Alvarez, «ningún ministerio tenía más relaciones con el turismo que éste». Por ello, le parece un acierto, «algo que se había pedido insistentemente y que por fin ha sido aceptado».«En estos momentos», asegura, «el transporte es uno de los problemas básicos del turismo. Como consecuencia de los incrementos de precios producidos por los aumentos de los crudos, comienzan a darse modificaciones en las estructuras turísticas».

De los casi cuarenta millones de turistas que vienen a España, diez millones lo hacen por avión. José Luis Alvarez asegura que «el turismo aéreo es, económicamente, el más importante y está muy determinado por el coste del vuelo». Estas son las razones que le llevan a afirmar lo acertado de haber incluido en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones el turismo, máxime cuando «en muchos casos el transporte significa en el paquete turístico, el 50%».

Turismo y crisis económica

A ello habría que sumar que se está dando en estos momentos en Europa un movimiento hacia la utilización del autobús como medio de transporte, lo que «va a determinar un cambio muy importante en las costumbres turísticas». «Y esto», matiza José Luis Alvarez, «nos lleva a estudiar con todo cuidado fórmulas adecuadas para que la participación española en estos sistemas sea suficientemente importante. Es decir, que participemos junto con las compañías extranjeras y a su mismo nivel como mínimo».Dice José Luis Alvarez que el «turismo es un fenómeno irreversible». La crisis económica que, desde mediados de los setenta azota a los países europeos, ha influido, indudablemente, sobre el turismo, pero no en el grado que cabría esperar. Los mercados emisores más importantes para España son Alemania, Francia y Gran Bretaña, que representan unos diecioe ho millones de turistas de los aproximadamente 33 millones de europeos que nos visitan. «Es evidente», reconoce el ministro, «que la crisis económica produce dificultades en el turismo, y a ellas hay que sumar las provocadas por la crisis energética. No sólo nuestros visitantes se gastan menos, sino que también se les incrementan los precios de los transportes».

El año pasado se dio una disminución en los visitantes que utilizaron el avión de 500.000 personas. Lo que coincide por otro lado, con una disminución del tráfico aéreo en todo el mundo. «Sin embargo», explica José Luis Alvarez, «este es un fenómeno que ahora se está empezando a detectar. Disminuye el turismo aéreo, y aumenta el de carretera y comienza también a coger auge el tren como medio de transporte»

Según el ministro de Transportes, el turismo es, posiblemente, de los sectores que mejor han soportado la crisis económica en España. Sus dificultades no han sido tan fuertes que «hayan supuesto una amenaza». «Esto», aclara, «no quiere decir que no existan problemas en determinadas zonas. Pero a nivel global el turismo ha resistido bastante bien la crisis económica española». En conjunto, el sector no está provocando problemas de paro, a decir del ministro, «se está manteniendo el nivel, de empleo en líneas generales» .

En 1980 entraron en España 38 millones largos de personas, casi un millón menos que en 1979. Los turistas procedentes de Europa descendieron en 1,3%. Bien es verdad que aumentaron los que venían del Reino Unido (162.639), Portugal (333.759), Suiza (91.265) Italia (40.337) y Alemania Federal (29.346).

A pesar de haber disminuido el número de visitantes, los ingresos por turismo han aumentado en casi seiscientos millones de dólares en el mismo período. Por otra parte, los españoles que han salido de nuestro país durante el año 1980 han aumentado en relación con el año anterior. «El año pasado», dice José Luis Alvarez, «han salido de España cerca de un millón más que en 1979. Es decir, dieciocho millones. Lo cierto es que muchas de estas salidas son a Andorra. Pero, en definitiva, los dieciocho millones de españoles que hemos salido fuera de nuestras fronteras, hemos gastado 1.200 millones de dólares, en vez de los 921 del año anterior».

El ministro de Transportes, Turismo y Comunlicaciones tiene entre sus objetivos la promoción del turismo interior. Que los españoles recorran y conozcan España «tan bien como algunos extranjeros». «Creemos que España tiene zonas de gran interés turístico y cultural que debemos de conocer todos los españoles».

Hay otra razón, además. Tratar de desestacionalizar el turismo. Es decir que no todo el mundo tenga que coger sus vacaciones en el mes de julio y agosto. «El turismo interior», explica el ministro, «es más fácil de desestacionalizar y elimina los riesgos estacionales para las agencias y establecimientos hoteleros. No hay que olvidar, además», añade, «que en un país autonómico cobra especial importancia el turismo interior».

El intentar que los españoles pasen sus vacaciones en su país irá acompañado de iniciativas corno el que gocen de las mismas ventajas que los extranjeros en cuanto a condiciones de pago, alojamiento, etcétera. «Porque», señala, «lo cierto es que a veces un español paga más por el mismo hotel y el mismo servicio que el turista sueco o alemán. Para esto, queremos establecer una serie de acuerdos y de conciertos con agencias y empresas turísticas».

Y para lograr que el español sea turista en España y que el extranjero siga viniendo, parece necesario defender lo que en palabras de José Luis Alvarez, es «la base de nuestra oferta: el patrimonio cultural y el natural. Creemos que hay todavía algunas zonas que hay que respetar por sus cualidades y sus condiciones naturales o artísticas. En otras habrá que empezar a trabajar para recuperar, en la medida de lo posible, todo lo que hemos ido dejando perder».

Incrementar la cuota de participación española en los mercados emisores es uno de los objetivos que el Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones se ha marcado a corto plazo, sobre todo en países como Alemania, Gran Bretaña y países escandinavos.

Al mismo tiempo, se pretende una mejora de la calidad de «nuestra oferta». «Contamos», asegura José Luis Alvarez, «con 4.000 millones de pesetas de crédito turístico, que significan un apoyo para la iniciativa privada. Fundamentalmente, tendrán preferencia las peticiones para la modernización de instalaciones hoteleras y de infraestructura».

Por otro lado, se está realizando una operación de revitalización de la red de paradores que «aunque cuantitativam ente es de poca importancia, resulta de gran interés para la industria local».

Problema de estacionalidad

Al hablar de los objetivos, vuelve el ministro a mencionar el problema que supone la estacionalidad, que todo el mundo tome sus vacaciones en una determinada época. «Vamos a hacer un esfuerzo en este sentido. Sabemos que es muy difícil y que, además, es una labor cuyos resultados no son inmediatos, porque hay que influir en los hábitos, en el mismo concepto de las vacaciones».En esta línea se propone el Ministerio de Transportes y Comunicaciones fomentar turismo de otro tipo, como el de invierno, el cinegético o el cultural, «para ir cubriendo la totalidad de las estaciones». Todo ello, acompañado de medidas legislativas que beneficien a aquellas empresas que mantengan su actividad durante todo el año».

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