El sindicato Solidaridad desconvoca la huelga general anunciada para hoy en Polonia

El sindicato polaco Solidaridad decidió a media tarde de ayer revocar la orden de huelga general, cuya entrada en vigor estaba prevista para hoy. La decisión del sindicato, que no implica la anulación definitiva de la huelga, sino su posposición, será estudiada nuevamente hoy en Gdansk, y fue precedida por conversaciones con el Gobierno de Varsovia, de las cuales los dirigentes sindicales parecen haber obtenido importantes contrapartidas.

Un informe del ministro de Justicia dado a conocer ayer reconocía que las responsabilidades de los incidentes de Bygdosczc recaen en primer término so...

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El sindicato polaco Solidaridad decidió a media tarde de ayer revocar la orden de huelga general, cuya entrada en vigor estaba prevista para hoy. La decisión del sindicato, que no implica la anulación definitiva de la huelga, sino su posposición, será estudiada nuevamente hoy en Gdansk, y fue precedida por conversaciones con el Gobierno de Varsovia, de las cuales los dirigentes sindicales parecen haber obtenido importantes contrapartidas.

Un informe del ministro de Justicia dado a conocer ayer reconocía que las responsabilidades de los incidentes de Bygdosczc recaen en primer término sobre las fuerzas de seguridad, por no proteger a los sindicalistas que fueron maltratados por civiles, en unos hechos que han desencadenado la propuesta de huelga por parte de Solidaridad.La cancelación provisional de la huelga se produjo ayer, mientras los comités de huelga de todas las grandes fábricas polacas ultimaban sus preparativos para incorporarse hoy al paro. Las autoridades de Varsovia dispusieron ayer, antes de conocerse el aplazamiento, que los comercios de alimentación no despacharan al público más que una barra de pan y dos litros de leche por persona, en lo que se interpreta como Una medida orientada a sofocar el eventual desarrollo continuado de la huelga.

La inquietud fue ayer el rasgo principal de la jornada en Polonia. Las repercusiones de la huelga, en caso de haber, prosperado, situaban a Polonia en la situación más difícil vivida por este país desde las luchas obreras de 1970. Esta inquietud había quedado patentemente reflejada durante la reunión, entre el domingo y el lunes, del IX Pleno del Comité central del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP), cuyos debates fueron muy vivos a lo largo de sus dieciocho horas de duración entre representantes de la dirección y de la base del partido.

Autocrítica

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Si bien en un principio el pleno se abrió con informes muy críticos de varios miembros del Buró Político, como el secretario del Comité Central, Kazimiera Barcikovski, en los que se calificaba de «enemigos del socialismo a los sindicalistas» y a la lucha sindical de Solidaridad como un «ataque político contra el poder para adueñarse de él», el pleno concluyó con una reafirmación de la vía negociadora entre el Gobierno y los sindicatos independientes, así como con una autocrítica interna del partido y una explicación de que la actual crisis polaca obedece a los propios errores de los dirigentes del partido.

Varios dirigentes del POUP reconocieron que el proceso de renovación del Partido Comunista polaco emprendido el pasado verano «debe proseguir», y aseguraron que la falta de diálogo entre, la dirección y la base del partido Comunista de Polonia ha sido uno de los factores más importantes para explicar los errores políticos en los que el POUP ha caído.

También subrayaron que entre la base del partido comunista polaco la simpatía hacia el movimiento sindical Solidaridad es muy extensa y, pese a que se admitió la presencia en el sindicato de algunos «elementos derechistas», se llegó a la convicción de que las raíces de la crisis se hallan en «la incapacidad del poder para adaptarse a la realidad», según reconoció el viceprimer ministro, Miecislaw Rakowski, que encabezó la delegación gubernamental en las negociaciones con Solidaridad, organización a la que elogió.

Según trascendió, en el curso del pleno del POUP una parte de los dirigentes presentaron sus dimisiones, al Comité Central, que decidió no aceptarlas.

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