Más de 1.000 millones de personas sufren de enfermedades respiratorias alérgicas

Las enfermedades respiratorias de origen alérgico, especialmente el asma, afectan a la quinta parte de la población mundial, es decir, más de mil millones de personas. Tres mil especialistas de quince países diferentes, entre ellos España, han participado en el 37º Congreso de la Academia Americana de Alergología, en la ciudad californiana de San Francisco. En este congreso se ha estudiado la problemática de las enfermedades respiratorias alérgicas, fundamentalmente el asma y la fiebre del heno. Al parecer, sólo en Estados Unidos existen ocho millones de asmáticos y treinta millones de persona...

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Las enfermedades respiratorias de origen alérgico, especialmente el asma, afectan a la quinta parte de la población mundial, es decir, más de mil millones de personas. Tres mil especialistas de quince países diferentes, entre ellos España, han participado en el 37º Congreso de la Academia Americana de Alergología, en la ciudad californiana de San Francisco. En este congreso se ha estudiado la problemática de las enfermedades respiratorias alérgicas, fundamentalmente el asma y la fiebre del heno. Al parecer, sólo en Estados Unidos existen ocho millones de asmáticos y treinta millones de personas que sufren de la fiebre del heno.Aun cuando no existe el medicamento ideal, en el congreso ha quedado claro que el asma es una enfermedad que puede ser ya tratada con eficacia, lo mismo desde el punto de vista preventivo que en el aspecto terapéutico. Los notables avances en la quimioterapia de la enfermedad y en el estudio de las implicaciones de su origen alérgico hacen hoy día de esta enfermedad, que reviste en general caracteres de suma gravedad, una de las que con más optimismo puedan encararse.

La crisis asmática se caracteriza por dos síntomas principales: el espasmo de los bronquios (contracción) y la inflamación de la pared interna, o epitelio, de esos mismos bronquios. Esta inflamación puede llegar a degradar el epitelio de tal forma que aparezcan auténticas heridas en las vías respiratorias, comparables a quemaduras de segundo grado en la piel cuando esto ocurre, los pulmones se llenan de trombos compuestos por fibrina, células sanguíneas y células epiteliales, con agravación del estado del enfermo que puede llegar a morir.

Tiempo de recuperación

Según señaló el doctor Charles E. Reed, del hospital de Rochester (Minesota), el asmático puede empezar su recuperación en cuanto cesa el espasmo de los bronquios, pero hay que darle tiempo igualmente al tejido epitelial dañado para que se recupere y vuelva a su estado normal.El profesor François Michel, de la Universidad francesa de Montpellier, señaló que ante todo conviene tener en cuenta la posibilidad de una prevención eficaz del asma mediante la identificación precoz de los niños alérgicos. Posteriormente, cuando la crisis aparece, lo inmediato es el tratamiento sintomático temprano, a base de teofilina y sus derivados, medicamento ya antiguo que vuelve a la actualidad gracias a dosificaciones más precisas y eficaces, y también mediante glucocorticoides antiinflamatorios y productos betamiméticos, que tienden a suprimir el espasmo de los bronquios.

Cuando la crisis remite, es imprescindible iniciar un tratamiento a fondo, a base de una insensibilización alérgica específica. Los productos utilizables a este respecto deben ser todavía mejorados, pero es sumamente importante la práctica paralela de algún deporte, especialmente la natación.

El asma es una enfermedad en la que coexisten factores múltiples, por lo que el medicamento ideal es difícil de obtener. Según el doctor Michel, en la actualidad se puede encarar con optimismo el tratamiento de esta dolencia, pero hay que aprender a utilizar mejor los diversos productos de los que se dispone.

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