Los medios de comunicación tranquilizaron al país la noche del golpe
Los medios de comunicación tranquilizaron al país en la noche del 23 al 24 de febrero, durante el intento de golpe de Estado, según las conclusiones de una encuesta de la agencia de publicidad y comunicación TECOP, de la que da cuenta Europa Press. El momento de mayor tranquilidad se produjo cuando el Rey intervino en Televisión.La información inmediata de la SER y Radio Intercontinental, las ediciones especiales de los diarios y las informaciones de las agencias de noticias, tuvieron un papel decisivo para producir la calma y tranquilidad necesarias al país, durante el asalto armado al Congre...
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Los medios de comunicación tranquilizaron al país en la noche del 23 al 24 de febrero, durante el intento de golpe de Estado, según las conclusiones de una encuesta de la agencia de publicidad y comunicación TECOP, de la que da cuenta Europa Press. El momento de mayor tranquilidad se produjo cuando el Rey intervino en Televisión.La información inmediata de la SER y Radio Intercontinental, las ediciones especiales de los diarios y las informaciones de las agencias de noticias, tuvieron un papel decisivo para producir la calma y tranquilidad necesarias al país, durante el asalto armado al Congreso, evitando bulos y contradicciones. Se evitó la sensación de vacío de poder y autoridad. Las impresiones de «no estar solos», «algo están haciendo» o «saben lo que está ocurriendo », tranquilizaron notablemente a la opinión.
Quienes sólo utilizaron la televisión o Radio Nacional como fuentes de información «se sintieron profundamente preocupados» (sobre todo con la supresión del telediario de las nueve).
Un 89% de los encuestados escuchaban la radio, y de ellos un 60% iba de una emisora a otra, buscando la confirmación de las noticias.
El mayor índice de audiencia correspondió a la cadena SER, especialmente después de las nueve ,de la noche del lunes, cuando aún RNE y TVE no transmitían noticias. La impresión sobre esto último era: «No les dejan decir nada». El grado de frustración quedó paliado cuando «encontraban una emisora que estaba dando noticias».
Las primeras opiniones (70%) fueron: «ETA los ha matado», «es una matanza de ETA», «no puede ser la Guardia Civil». Después se pasó a la1ncredulidad: «no puede ser que un grupo armado de la Guardia Civil haya entrado en el Congreso».