Calvo Sotelo visita la capilla ardiente del comisario de policía asesinado en Bilbao

El comisario de policía José Luis de Raimundo Noya fue asesinado ayer a primera hora de la tarde en el barrio bilbaíno de Deusto por un joven que a bocajarro le disparó un tiro de pistola en la nuca, cuando se dirigía a pie a su domicilio. Aunque el atentado no ha sido reivindicado, se cree puede ser obra de ETA Militar. El presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, y el presidente del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea, se trasladaron ayer tarde a Bilbao en un viaje relámpago para visitar la capilla ardiente.

Cuando hacia las 15.15 horas, y una vez terminado su servicio, el c...

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El comisario de policía José Luis de Raimundo Noya fue asesinado ayer a primera hora de la tarde en el barrio bilbaíno de Deusto por un joven que a bocajarro le disparó un tiro de pistola en la nuca, cuando se dirigía a pie a su domicilio. Aunque el atentado no ha sido reivindicado, se cree puede ser obra de ETA Militar. El presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, y el presidente del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea, se trasladaron ayer tarde a Bilbao en un viaje relámpago para visitar la capilla ardiente.

Cuando hacia las 15.15 horas, y una vez terminado su servicio, el comisario jefe de policía, de paisano, se dirigía a su domicilio, en el número 32 de la calle Blas de Otero, en la acera de ésta, casi junto al cruce con la calle de Rafaela de Ibarra y frente al bar ltxasbide, se le acercó por detrás un joven que a bocajarro le hizo un solo disparo de pistola en la nuca.Aunque varias personas acudieron al lugar con intención de prestar auxilio al herido, fueron varios miembros del ambulatorio de la Seguridad Social de Deusto quienes minutos más tarde le atendieron médicamente. Con un hilo de vida y entre estertores fue trasladado en una ambulancia al servicio de urgencia del Hospital Civil de Bilbao, donde fallecería una hora después -16.30 horas- cuando era intervenido quirúrgicamente. La herida, en opinión de quienes le trasladaron al centro médico, era «mortal de necesidad», ya que el proyectil le entró por la nuca y le salió por la frente, con desprendimiento de masa encefálica.

El parte médico confirmaba esta apreciación: «Impacto de arma de fuego con orificio de entrada a nivel occipital y salida a nivel prontoparietal izquierdo, con pérdida de masa encefálica».

Pese a que en el momento del atentado circulaban por el lugar bastantes personas, no ha podido determinarse con exactitud, fundamentalmente debido a la casi instantaneidad de los hechos, la película del atentado. Se cree, según los primeros datos, que el agresor, en compañía de un compañero, huyeron corriendo por la calle de Rafaela Ibarra, donde, presumible mente, les esperaba una tercera persona a bordo de un coche, en el que se habrían dado a la fuga.

En el lugar del atentado, la policía encontró un casquillo de munición S/F 9 milímetros Parabellum.

José Luis de Raimundo Moya, de 55 años de edad, soltero, era comisario jefe de la comisaría del distrito de Santiago en Bilbao. Licenciado en Derecho, entre sus compañeros era considerado como un demócrata y un hombre liberal «que habría votado al PSOE» y se mostraba defensor de las instituciones vascas.

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Las primeras reacciones al atentado se produjeron una hora después del mismo, cuando, tras enviar un telegrama de pésame al Gobierno Civil de Vizcaya, Txiki Benegas declaraba a los medios informativos: «ETA Militar, con esta acción, se sitúa objetivamente con los golpistas que quieren acabar con la democracia y la libertad. ETAm pretende acabar con el proceso autonómico vasco y provocar un estado de excepción en Euskadi».

«Hoy más que nunca», afirmó Benegas, «es necesaria la unidad de los partidos democráticos vascos, formando bloque en la lucha contra el terrorismo. Es hora de que el Gobierno vasco dé un paso adelante en la lucha contra el terrorismo, porque en ello se juega su propia supervivencia. Ese paso adelante debe materializarse en la colaboración con las fuerzas de seguridad del Estado para luchar contra los que quieren acabar con la libertad, democracia, la autonomía vasca y el propio Gobierno autónomo», afirmó el secretario general del PSOE de Euskadi, minutos antes de entrevistarse en Vitoria con Marcelino Oreja.

Precisamente este último se trasladó pasadas las ocho de la tarde a Bilbao para visitar la capilla ardiente de José Luis de Raimundo Moya, instalada en la Jefatura Superior de Policía de Bilbao. En la misma se personaron más tarde el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo; el ministro del Interior, Juan José Rosón; el lendakari, Carlos Garaikoetxea, que en avión llegaron a Vitoria pasadas las 19.45 horas.

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