¿Para septiembre?

(...) La intervención en el día de ayer de los líderes de los dos grupos políticos más importantes numéricamente de la Cámara, después del gobernante, han marcado una distinción muy importante entre ambos. Como no ha dejado de observarse, el no del señor Carrillo y el no de don Felipe González tienen, en el fondo, muy poco que ver. El del primero ha sido el no de la vieja política al moderno sentido realista del Gobierno, el de quien ve que se le acaban las fáciles condescendencias con las que políticamente ha medrado ante el fortalecimiento de la autoridad que ese sentido realista del Gobiern...

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(...) La intervención en el día de ayer de los líderes de los dos grupos políticos más importantes numéricamente de la Cámara, después del gobernante, han marcado una distinción muy importante entre ambos. Como no ha dejado de observarse, el no del señor Carrillo y el no de don Felipe González tienen, en el fondo, muy poco que ver. El del primero ha sido el no de la vieja política al moderno sentido realista del Gobierno, el de quien ve que se le acaban las fáciles condescendencias con las que políticamente ha medrado ante el fortalecimiento de la autoridad que ese sentido realista del Gobierno exige e intenta confundir las auténticas motivaciones del cambio (que se gobierne es el clamor que brota de lo más profundo de la sociedad) en una tópica mezcolanza de ley del divorcio, proyecto de incompatibilidades, Reagan, la Alianza Atlántica, el Vaticano, el derechismo y la reacción. El no del secretario general del PSOE ha sido un no apoyado en un análisis del programa del candidato, del que nosotros discrepamos, pero en el que apreciamos el sentido de responsabilidad de quien sabe que algún día puede llegar a gobernar. No es la disconformidad condicionada de otros grupos (aunque alguno, el PNV, haya votado negativamente con manifiesta incoherencia), pero está más cerca de una oposición constructiva que tantas actitudes electoreras o temperamentales como hemos tenido que presenciar. ( ... )Si forma Gobierno, como es de esperar, y gobierna, como deseamos, no sólo podrá conseguir la ayuda de los sectores parlamentarios que de alguna manera se han mostrado disponibles a concedérsela, sino que, sobre todo, tendrá el apoyo del país. Y en este caso poco importará que, al no superar la primera votación, se haya quedado, como se le ha dicho, «para septiembre». Septiembre es el próximo lunes, y de él en adelante, su gran interlocutor y su juez soberano ha de ser la nación.

21 de febrero

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