El Gobierno portugués gana una moción de confianza

El primer ministro portugués, Francisco Pinto Balsemao, ganó ayer una moción de confianza, después que el Parlamento rechazase tres mociones contra su programa de gobierno presentadas por otros tantos grupos políticos. A favor del programa de Balsemáo votaron los diputados de Alianza Democrática, 134 votos, y en contra, la oposición socialista y comunista, que tienen dieciocho escaños menos en el Parlamento que la coalición derechista.El debate, poco animado, concluyó veinticuatro horas antes de lo previsto, ya que el Gobierno optó por solicitar la confianza del Parlamento nada más superar las...

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El primer ministro portugués, Francisco Pinto Balsemao, ganó ayer una moción de confianza, después que el Parlamento rechazase tres mociones contra su programa de gobierno presentadas por otros tantos grupos políticos. A favor del programa de Balsemáo votaron los diputados de Alianza Democrática, 134 votos, y en contra, la oposición socialista y comunista, que tienen dieciocho escaños menos en el Parlamento que la coalición derechista.El debate, poco animado, concluyó veinticuatro horas antes de lo previsto, ya que el Gobierno optó por solicitar la confianza del Parlamento nada más superar las mociones en contra de la oposición.

Las numerosas ausencias que se registraron a lo largo de los tres días que ha durado el debate, tanto en los bancos de la mayoría como en los de la oposición, se deben, ante todo, a que el Gobierno dispone de una mayoría absoluta que le garantizaba la derrota de las mociones en contra del Frente Republicano y Socialista, de los comunistas y de su aliado, el Movimiento Democrático Popular, así como conseguir el voto de confianza.

Las futuras relaciones entre el nuevo Gobierno de Alianza Democrática y la oposición siguen sin aclararse, excepto por parte comunista. Alvaro Cunhal, tomando al pie de la letra la promesa de Pinto Balsemao de seguir la misma línea política que su antecesor, el fallecido Francisco Sa Carneiro, se declara en total oposición al nuevo Ejecutivo.

Los sectores duros de AD, que no esconden sus reservas hacia el Gobierno de Pinto Balsemao, prefieren esperar para comprobar si la continuidad se expresa en los hechos, y la Prensa próxima a estos círculos se muestra más atenta a los síntomas de cambio (en materia de información, por ejemplo) que a los evidentes signos de continuidad.

Los socialistas, interesados en crear una imagen de «alternativa constructiva», se reservan para debates más concretos. Muy sintomática ha sido al respecto la intervención del ex ministro socialista de Finanzas, Víctor Constancio, quien se limitó a señalar las diferencias entre el proyecto de sociedad socialista y el proyecto «liberal-conservador» que inspira, en su opinión, el programa de gobierno.

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