Hay que apostar por los sectores de futuro, según Klein

El indicador principal de todos los males que aquejan a las economías occidentales ha sido el descenso de productividad, sin cuya recuperación los países afectados no podrán controlar la inflación en cinco o diez años, manifestó ayer Lawrence R. Klein, premio Nobel de Economía de 1980, durante un almuerzo-coloquio organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).Lawrence R. Klein, que ha sido investido doctor honoris causa por la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Autónoma de Madrid, señaló una serie de recetas para hacer viable la recuperación de las e...

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El indicador principal de todos los males que aquejan a las economías occidentales ha sido el descenso de productividad, sin cuya recuperación los países afectados no podrán controlar la inflación en cinco o diez años, manifestó ayer Lawrence R. Klein, premio Nobel de Economía de 1980, durante un almuerzo-coloquio organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).Lawrence R. Klein, que ha sido investido doctor honoris causa por la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Autónoma de Madrid, señaló una serie de recetas para hacer viable la recuperación de las economías occidentales. Entre ellas destacó la necesidad de proceder a una mayor formación de capitales mediante su fomento y el del ahorro, que implicaría pasar de una economía basada en los crecimientos de consumo a otra orientada hacia el capital fijo. Al lado de ello consideró imprescinclible un apoyo más generoso a la investigación básica y una mayor liberalización industrial.

Este capítulo, la liberalización industrial, debe coincidir con la elección de los sectores de futuro como la microelectrónica, salud, informática, bioingeniería y energías alternativas. Japón, señaló Lawrence R. Klein, acertó en los años sesenta al definir los sectores de futuro de los setenta.

Una vez elegidos esos sectores hay que volcar hacia ellos, según el premio Nobel, los principales, apoyos, entre otros el fiscal. Se debería reducir selectivamente los impuestos que gravan a las empresas más que los personales, porque no será tan necesario estimular la demanda de los individuos, sino incentivar los ahorros de las familias.

Lawrence R. Klein señaló, por último, que el crecimiento medio de las economías occidentales durante los próximos años podría cifrarse en torno al 3%; la inflación podría situarse en el abanico del 5 % al 10%, y el desempleo seguirá aun ritmo creciente, acompañado del consiguiente descenso de productividad. «Si seguimos el buen camino», dijo, «deberíamos comenzar a ver las mejoras para 1983 ».

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