Felices Navidades
Nos hemos enterado que viene la Navidad. Gracias, Televisión Española, por recordárnoslo: sus muñecas parlantes, metralletas lanzadestellos, las imágenes de felices familias atiborradas de turrón y de champaña burbujeante en copas de mujeres exuberantes nos han abierto las puertas a este maravilloso mundo de la Navidad.Junto a sanas tradiciones, se han puesto de moda hace algunos años las decoraciones hogareñas del árbol de Navidad y la figura de Papá Noel, en sustitución del clásico Belén, moda que, sin duda, nos hace sentirnos más europeos.
No es nuestra intención criticar la manera d...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Nos hemos enterado que viene la Navidad. Gracias, Televisión Española, por recordárnoslo: sus muñecas parlantes, metralletas lanzadestellos, las imágenes de felices familias atiborradas de turrón y de champaña burbujeante en copas de mujeres exuberantes nos han abierto las puertas a este maravilloso mundo de la Navidad.Junto a sanas tradiciones, se han puesto de moda hace algunos años las decoraciones hogareñas del árbol de Navidad y la figura de Papá Noel, en sustitución del clásico Belén, moda que, sin duda, nos hace sentirnos más europeos.
No es nuestra intención criticar la manera de celebrar estas fechas; en cualquier caso, nos parece muy respetable; únicamente nos atañe directamente la suerte que van a correr estos pinos, que son patrimonio de todos, y que serán víctimas, en la mayor parte de las ocasiones, del hacha sin escrúpulos, del hacha ilegal.
Estos árboles van a tener una corta vida. Y es que este país goza de tantas reservas forestales, sin olvidamos de todos los veranos en los que se queman miles y miles de hectáreas, que nos permitimos el lujo de llevar a casa este pequeño ser de sangre verde que lucirá cargado de bolas multicolores y cuyo cadáver encontraremos días más tarde en el basurero./ y Marisé Conde Calero.