50.000 vehículos han dejado de circular por el centro

Una media de 40.000-50.000 vehículos diarios han dejado de circular por el centro de Madrid como consecuencia de la Operación de Regulación de Aparcamiento (ORA), que mañana cumplirá su primer mes de funcionamiento. La disminución del tráfico y e consiguiente aumento de velocidad logrado hacen que la medida pueda considerarse un éxito.

Ahora, los responsables de la operación estudian cómo subsanar la disminución de velocidad sufrido en las calles que limitan la zona afectada y el efecto que pueden tener en la medida el sensible aumento de infractores notado en las dos últimas semanas y ...

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Una media de 40.000-50.000 vehículos diarios han dejado de circular por el centro de Madrid como consecuencia de la Operación de Regulación de Aparcamiento (ORA), que mañana cumplirá su primer mes de funcionamiento. La disminución del tráfico y e consiguiente aumento de velocidad logrado hacen que la medida pueda considerarse un éxito.

Ahora, los responsables de la operación estudian cómo subsanar la disminución de velocidad sufrido en las calles que limitan la zona afectada y el efecto que pueden tener en la medida el sensible aumento de infractores notado en las dos últimas semanas y la aparición de la picaresca que intenta no pagar el aparcamiento.Un mes después de que el Ayuntamiento comenzara a aplicar la limitación de aparcamiento en ocho barrios del centro de la capital, los resultados parecen, en general, satisfactorios, ya que se ha conseguido la mayoría de los objetivos perseguidos: disminuir el tráfico, aumentar la velocidad, obtener unos ingresos para pagar la nómina de los 540 trabajadores de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), que ahora se ocupan de la vigilancia de los vehículos, y regular el aparcamiento en una zona que estaba excesivamente congestionada.

Sin embargo, el efecto de la medida ha provocado, asimismo, otros problemas, algunos de ellos ya esperados, y que, en la actualidad, tratan de ser solucionados por los responsables municipales. Entre ellos está la falta de plazas de aparcamiento en barrios como el de Sol, donde hay 347 plazas hábiles, mientras el número de tarjetas de residentes concedidas sobrepasa las ochocientas.

Los vecinos de este barrio, ante esta situación, han protestado reiteradamente y han solicitado que se supriman algunas de las señales de prohibición.

Entre los que también han protestado por los efectos de la medida figuran aquellos que viven en las calles límites, ya que ni tienen tarjeta de residentes para aparcar en la zona controlada, ni pueden aparcar fuera de la misma, ya que cientos de conductores, buscan en las inmediaciones de la zona prohibida una plaza gratis.

Lenta tramitación de las multas

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La búsqueda de aparcamiento, a base de dar vueltas con el coche, para ahorrarse la utilización de un bono, provoca en la zona límite un descenso de la velocidad a pesar de la disminución sufrida por el tráfico. Asimismo, estas calles son ahora recorridas con mayor intensidad por la grúa, al carecer de sentido su uso en el centro.

A estos problemas hay que su mar el provocado por la lenta actuación municipal en la tramitación de las multas impuestas, cuyo número está ascendiendo paulatinamente en las últimas semanas. El pasado viernes se alcanzó la cota máxima, ya que se impusieron dentro de la zona un total de 4.755 denuncias.

Como consecuencia de este aumento, la cifra de multas que el Ayuntamiento se ha visto obligado a tramitar en un mes, en relación con la ORA, ha sido de cerca de 80.000. De ellas, sólo se ha podido notificar hasta ahora la mitad, con el resultado de que unas 1.200 han sido recurridas.

Aumenta la picaresca

A las denuncias hechas por aparcar en doble fila, sobre la acera, a tres metros de una parada de autobús o en un carril-bus ha habido que sumar las realizadas por no poner el bono o la tarjeta de residente, por poner el bono sin perforar, por rebasar el horario permitido por la tarjeta, por no trasladar el vehículo a más de 250 metros de distancia tras tenerlo aparcado hora y media, o por no coincidir la matrícula del vehículo con la que figura en la tarjeta de residente.

En los últimos días se ha notado, junto a estos olvidos, un aumento de la picaresca popular apreciada en bonos de estacionamiento arreglados para un segundo uso, perforaciones en fotocopias de bonos, tarjetas o bonos caídos casualmente encima de un asiento y poco visibles desde el exterior, bonos tachados y no perforados, e incluso falsificaciones de tarjetas.

A pesar de las trampas, lo cierto es que casi 50.000 vehículos ya no entran en la zona de limitación de aparcamiento, según los cálcu los hechos por la Delegación de Circulación y Transportes. Las mediciones están hechas sobre los datos obtenidos en las semanas precedentes a la operación.

Según estos datos, el número de vehículos diarios que atravesaban Madrid oscilaba entre 555.000 y 580.000; en las primeras semana de la medida el número descendió a 505.000-540.000 vehículos.

El descenso de tráfico no ha sido 18.600 sin embargo, igual en todas las vías 204.600 principales. Mientras Velázquez, 80% por ejemplo, sufría un descenso en el tráfico diario del orden de un 15% 14 %-19 %, o Serrano veía disminuir 3% el número de automóviles en un 12%-15 %, otras calles, como Princesa o Alcalá, sólo han visto disminuir el número de automóviles en un 3 %. En la Castellana no sólo no ha disminuido su tráfico, sino que ha aumentado entre el 1 % y el 4%, aunque, curiosamente, la velocidad sea ahora mayor.

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