ASTURIAS

Los presos que denunciaron el mal estado de la cárcel, represaliados

La denuncia de las graves deficiencias de la cárcel de Oviedo (véase EL PAIS de 27-11-1980) ha provocado represalias por parte de algunos funcionarios, según una nueva carta dirigida por dos presos, los mismos que encabezaron el escrito anterior, al presidente del Consejo Regional de Asturias, Rafael Fernández, del PSOE.Los dos presos aseguran que la primera reacción a la carta consistió en un registro sin testigos de las celdas ocupadas por los firmantes. Al día siguiente se produjo un cacheo general: a un recluso le rompieron un cuadro familiar y a otro le obligaron a bajarse el pantalón del...

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La denuncia de las graves deficiencias de la cárcel de Oviedo (véase EL PAIS de 27-11-1980) ha provocado represalias por parte de algunos funcionarios, según una nueva carta dirigida por dos presos, los mismos que encabezaron el escrito anterior, al presidente del Consejo Regional de Asturias, Rafael Fernández, del PSOE.Los dos presos aseguran que la primera reacción a la carta consistió en un registro sin testigos de las celdas ocupadas por los firmantes. Al día siguiente se produjo un cacheo general: a un recluso le rompieron un cuadro familiar y a otro le obligaron a bajarse el pantalón del pijama en el pasillo. Los objetos colocados para suplir la falta de cristales de muchas celdas fueron retirados, con el consiguiente aumento del frío. También les quitaron los hornillos y otros instrumentos de fabricación artesana utilizados para calentar la comida y la cena.

Las visitas sufrieron retrasos. Según la carta remitida al presidente del organismo preautonómico, algunos funcionarios recomendaban irónicamente a los presos: «Reclamad los derechos humanos. Nosotros no somos la policía». Los reclusos se quejaban, entre otras cosas, de las ratas que pueblan la cárcel como consecuencia de la suciedad.

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