El tratamiento de la demencia, uno de los mayores problemas de la medicina actual

Con la ponencia que sobre las demencias han coordinado los psiquiatras Alberto Portera y F. Bermejo continuaron ayer las sesiones del congreso de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, que se celebran en el Colegio de Médicos de Madrid. El día anterior se habían celebrado cuatro mesas redondas sobre temas que combinaban lo psiquiátrico con lo sociológico, aparte de otras que abordaron aspectos fundamentalmente médicos del tratamiento de pacientes con problemas psicosomáticos.

Mientras se desarrollaba el tema de la Terapia de familia, coordinado por la doctora Carmen F. Roger...

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Con la ponencia que sobre las demencias han coordinado los psiquiatras Alberto Portera y F. Bermejo continuaron ayer las sesiones del congreso de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, que se celebran en el Colegio de Médicos de Madrid. El día anterior se habían celebrado cuatro mesas redondas sobre temas que combinaban lo psiquiátrico con lo sociológico, aparte de otras que abordaron aspectos fundamentalmente médicos del tratamiento de pacientes con problemas psicosomáticos.

Mientras se desarrollaba el tema de la Terapia de familia, coordinado por la doctora Carmen F. Rogero, en otra sala se discutían al mismo tiempo las implicaciones existentes entre Delincuencia y psicología: diálogo y conflicto, en cuyo análisis intervinieron desde jueces, como Juan Alberto Belloch, hasta fiscales, como Vicente Chamorro, y, por supuesto, psiquiatras, en este caso Enrique González Duro. Para el juez Belloch, «existe una absoluta incomunicación entre el mundo del derecho y el de la psiquiatría», por lo que planteó la necesidad de que el poder judicial entre por un lado en las instituciones psiquiátricas y que, de otro lado, la ciencia psiquiátrica asuma el necesario protagonismo en el ámbito de la Administración de justicia.Enrique González Duro señaló, por su parte, la naturalidad de este fenómeno de la delincuencia en sociedades disfuncionales, clasistas e insolidarias, al mismo tiempo que, una vez más, culpabilizaba al Estado burgués de no tener otra capacidad de solución para estos problemas que el uso de castigos ejemplarizantes, cuya inutilidad rehabilitadora -por llamarla de alguna manera- sería evidente en opinión del psiquiatra. La crítica de González Duro no se limitó, no obstante, a este sistema penitenciario que crea con sus instituciones represoras al delincuente de siempre y para siempre, ya que esta figura puede «despertar la admiración y solidaridad entre los oprimidos». A partir de este punto -y hasta ella se extiende la crítica del psiquiatra- serían la psicología y la psiquiatría, haciendo uso de su bagaje científico y sus etiquetas definitivas, las encargadas de desprestigiar al delincuente, calificándole de loco o enfermo mental.

Privación de libertad

El fiscal Vicente Chamorro hizo hincapié en cómo la privación de libertad continúa siendo «casi la única pena señalada para las conductas que el legislador define como delitos», a pesar de que dicha privación constituye, en opinión del final, «una alteración profunda del sistema de referencias espaciales y humanas». Esta reclusión, que en última instancia tiene una lectura diríamos vengativa, por parte de la sociedad, y por supuesto defensiva, debería ser utilizada, en opinión de Vicente Chamorro, tan sólo como una pena subsidiaria, aplicable sólo en casos de delincuentes peligrosos. Sin contar con que esta privación de libertad repercute, de una manera muy negativa, en la salud mental del recluido.Otras dos mesas redondas se celebraron al mismo tiempo, una de ellas sobre Biofeedback y técnicas afines, coordinada por el doctor Diego Bozal, y sobre Antropología cultural y psiquiátrica; cambio cultural y personalidad de algunas zonas de España, la otra, que coordinó el doctor Felipe Reyero.

Antes de abordar el complejo tema de las demencias, Alberto Portela señala en la introducción de la ponencia cuáles son las relaciones entre este proceso llamado hasta ahora abiotrófico y el deterioro cerebral que se produce en la persona normal con el paso de los años. Este último estaría claramente explicado por la pérdida de 20.000 millones de neuronas que se produce en el cerebro humano en el largo camino hacia la vejez. Sin embargo, «la frontera o el umbral de la demencia», señala el psiquiatra, «sólo lo sobrepasan entre un 7% y un 15% de los ancianos».

Teniendo en cuenta que las sociedades desarrolladas envejecen cada vez más rápidamente, no es difícil comprender que el tema de las demencias sea hoy en día uno de los mayo res problemas con que se enfrenta la medicina, tal y como señala el doctor W. A. Lishman, profesor de Neuropsiquiatría que ha colaborado también en la elaboración del informe sobre este proceso de deterioro mental llamado demencia.

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