La planificación familiar provoca una grave crisis en el Ayuntamiento de Sevilla

La crisis provocada en el Ayuntamiento de Sevilla por la decisión del alcalde, Luis Uruñuela, de destituir como delegado de Sanidad al concejal comunista José Villa ha tomado un rumbo imprevisible, al haberse desmarcado claramente UCD de la postura del alcalde y rechazarla rotundamente el Partido Comunista de Andalucía. El PSOE, por su parte, guarda un discretísimo silencio sobre el conflicto.

Uruñuela decretó la destitución del concejal comunista tras haber declarado éste que, «al menos desde el lunes pasado, el alcalde conocía el funcionamiento de estos centros de planificación fa...

La crisis provocada en el Ayuntamiento de Sevilla por la decisión del alcalde, Luis Uruñuela, de destituir como delegado de Sanidad al concejal comunista José Villa ha tomado un rumbo imprevisible, al haberse desmarcado claramente UCD de la postura del alcalde y rechazarla rotundamente el Partido Comunista de Andalucía. El PSOE, por su parte, guarda un discretísimo silencio sobre el conflicto.

Uruñuela decretó la destitución del concejal comunista tras haber declarado éste que, «al menos desde el lunes pasado, el alcalde conocía el funcionamiento de estos centros de planificación familiar», desmintiendo sus manifestaciones anteriores de que desconocía por completo que en los centros sanitarios municipales se realizasen estas actividades. La reacción del alcalde fue fulminante: destituir a José Villa después de haber ordenado el cierre de los dos centros.El decreto precisaba que la actitud de Villa «ha supuesto una clara y manifiesta ruptura de la necesaria relación de confianza y lealtad entre el alcalde y sus delegados», y ratificó su desconocimiento de la existencia de los centros de orientación familiar de Rochelambert y polígono de San Pablo.

Insospechadamente, los concejales de Unión de Centro Democrático (UCD), que el mismo sábado aplaudieron la decisión del alcalde, reaccionaron ayer críticamente al conocer que la destitución de Villa estaba motivada por sus declaraciones y no por la existencia misma de establecimientos de planificación familiar en dependencias municipales, en las que se implantaban dispositivos intrauterinos a mujeres sevillanas.

Un destacado concejal centrista confesó a EL PAIS: «Si lo hubiéramos sabido, no habría salido nuestro comunicado de apoyo a Uruñuela». UCD muestra también su contrariedad porque el conflicto sea únicamente personal y que el alcalde pretenda seguir otorgando la política sanitaria del Ayuntamiento al grupo comunista, aunque sea a través de otro concejal. El portavoz centrista, Francisco Pavón subrayó la voluntad de su partido de investigar este tema hasta el final, sin descartar las posibles responsabilidades del alcalde, «si es verdad que conocía estas actividades».

Reacción del PCA

Por parte del PCA la reacción es, evidentemente, de rechazo «Por el momento, el concejal de Sanidad que reconocemos es José Villa», comentó ayer un portavoz. «Si el alcalde nombra por su cuenta a otro concejal de Sanidad comunista, lo primero que hará éste será ratificar las declaraciones y la política sanitaria de Villa», añadió.Los comunistas reiteran que la actividad de los centros en cuestión forma parte de los planes de reestructuración de la sanidad municipal aprobados por el pleno del Ayuntamiento, y para los que se destinaron más de tres millones de pesetas en el presupuesto extraordinario que el PSA -el partido del alcalde- votó favorablemente. Acusan a Uruñuela de hacer uso de la legalidad franquista, «que no fue la que le llevó a la alcaldía», y recuerdan que el portavoz del PSA, Miguel Angel González, ya les había advertido que, si el tema saltaba a la opinión pública, los nacionalistas negarían conocerlo.

En lo que se refiere a los concejales del PSOE, Antonio Rodríguez Almodóvar, primer teniente de alcalde, no quiso opinar sobre el conflicto -calificó el tema de muy delicado- En realidad, los socialistas estudian cómo matizar suficientemente su actitud, de manera que supongan una condena de la decisión del alcalde y, a la vez, no implique un apoyo total al PCA y a su política sanitaria.