"El poder limita a los educadores", según el profesor Merani

El psicólogo materialista venezolano Alberto L. Merani, afirmó en un seminario sobre Pedagogía y relaciones de poder que «el poder en educación hace concesiones, a las que limita destruyendo la conciencia y la capacidad de reflexión de los educadores». Este seminario se celebra desde mediados de la semana pasada en la Universidad de La Laguna (Tenerife).El humanista latinoamericano, considerado uno de los más cualificados discípulos del psiquiatra francés Henri Wallon, definió al pedagogo como un mero ilusionista con conciencia desgraciada. Hizo esta aseveración tras expresar que el edu...

El psicólogo materialista venezolano Alberto L. Merani, afirmó en un seminario sobre Pedagogía y relaciones de poder que «el poder en educación hace concesiones, a las que limita destruyendo la conciencia y la capacidad de reflexión de los educadores». Este seminario se celebra desde mediados de la semana pasada en la Universidad de La Laguna (Tenerife).El humanista latinoamericano, considerado uno de los más cualificados discípulos del psiquiatra francés Henri Wallon, definió al pedagogo como un mero ilusionista con conciencia desgraciada. Hizo esta aseveración tras expresar que el educador prepara al niño para el presente, sin importarle que mañana será hombre y deberá afrontar un porvenir desconocido. «No podemos aspirar al hombre del edén», señaló el profesor Merani, para quien las teorías de la educación habrán de plantearse la formación de una conciencia reflexiva en el individuo, de tal forma que éste sea capaz de valorar sus actos. O sea, se trata de la creación de una conciencia política que «integre al hombre en su especie de homo sapiens y no en el sistema».

Se ha dedicado especial importancia en este seminario a las distintas formas de la manipulación del poder en el plan educativo. Se calificó de fracaso, por influencia del poder, el proyecto de la educación sexual. La innovación de la enseñanza de las matemáticas de conjuntos en los planes modernos de enseñanza quedó justificada por la influencia ejercida por las multinacionales de las computadoras, que reclamaban especialistas en programación electrónica para sus aparatos. Al poder también se le atribuyó la deformación del conocimiento, «al que se ha instrumentado de forma didáctica sin conceder ninguna importancia a las cuestiones teleológicas», señaló el profesor Merani.