Cartas al director

La mujer del santo

Es curiosa la irresponsabilidad con que se escribe y, lo que es peor, se publica, en estos venturosos tiempos que malvivimos. Un lector, en carta publicada por EL PAIS el 23 de este mes de septiembre, arremete contra el editorialista por confundir la virgen de la Paloma con la de la Almudena, a propósito de algo que dijo sobre Nuestra Señora de la Cabeza. No le falta del todo la razón a su comunicante señor Picó. Pero lo malo del caso es que tanto el que escribió el artículo editorial como el que pretende ponerle los puntos sobre las íes, pecan de una no pequeña ignorancia.«Nuest...

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Es curiosa la irresponsabilidad con que se escribe y, lo que es peor, se publica, en estos venturosos tiempos que malvivimos. Un lector, en carta publicada por EL PAIS el 23 de este mes de septiembre, arremete contra el editorialista por confundir la virgen de la Paloma con la de la Almudena, a propósito de algo que dijo sobre Nuestra Señora de la Cabeza. No le falta del todo la razón a su comunicante señor Picó. Pero lo malo del caso es que tanto el que escribió el artículo editorial como el que pretende ponerle los puntos sobre las íes, pecan de una no pequeña ignorancia.«Nuestra Señora de la Cabeza, no existe. La festividad que tan graciosamente nos regalaron no es nada que tenga que ver con la Virgen, madre de Jesucristo, ni con La melonera, por supuesto. Se trata de santa María de la Cabeza, esposa de san Isidro Labrador, patrón de Madrid, cuya fiesta se celebra el 9 de septiembre.

Con esta aclaración no trato de presumir de erudito ni de versado en asuntos religiosos. Simplemente, soy madrileño. Y no de adopción, de origen. Y, por lo menos, lo relacionado con el santo patrono de nuestra capital creo conocerlo, como otras muchas personas, suficientemente./

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