Tribuna:

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Mal ha comenzado la semana en las Bolsas españolas. A los débiles cierres del viernes pasado han sucedido unas reuniones claramente orientadas a la baja, en las que las órdenes compradoras resultaban fenómenos desconocidos y los operadores a corto intentaban acelerar su s ventas.Este incremento de las realizaciones de las diferencias positivas generadas desde los últimos días de julio, junto con las inquietantes noticias sobre la guerra entre Irán e Irak, países que suministran casi el 30% del crudo que consumimos en España, han venido a determinar la acentuación de las bajas, dando por conclu...

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Mal ha comenzado la semana en las Bolsas españolas. A los débiles cierres del viernes pasado han sucedido unas reuniones claramente orientadas a la baja, en las que las órdenes compradoras resultaban fenómenos desconocidos y los operadores a corto intentaban acelerar su s ventas.Este incremento de las realizaciones de las diferencias positivas generadas desde los últimos días de julio, junto con las inquietantes noticias sobre la guerra entre Irán e Irak, países que suministran casi el 30% del crudo que consumimos en España, han venido a determinar la acentuación de las bajas, dando por concluido el ciclo de las mejoras veraniegas e iniciando una temporada otoñal que, según las impresiones de última hora, puede resultar poco satisfactoria para los mercados de valores.

Si a estas circunstancias le sumamos la publicación el pasado viernes en el BOE de los cuatro decretos por los que se modifica la operativa bursátil, y que han sido recibidos por la familia bolsista con muestras de extremada frialdad, se comprende con facilidad el porqué de los análisis pesimistas que avanzaban algunos especialistas.

Como casi siempre que se quiebra una tendencia, fueron los valores del grupo bancario quienes contaron con mayor protagonismo a la hora de realizar las operaciones. Para el conjunto de los «siete grandes», la oferta superaba los 240.000 títulos, y al cierre se continuaban recibiendo nuevas órdenes vendedoras. El resto del mercado observó un comportamiento similar, que se podría calificar de uniformemente negativo.

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